XALAPA, Ver: Javier Arturo Fernández Torres exigió a la Fiscalía General del Estado (FGE) y al gobierno de Javier Duarte justicia para que los cuatro jóvenes que violaron hace un año a su hija menor de edad reciban una consignación penal, pues hasta ahora continúan libres y en total impunidad.
“No hay mucho qué decir, que vea el personal (de la Fiscalía) el expediente y en ese momento los va a consignar. Sobran pruebas, hay elementos suficientes”, explicó vía telefónica el padre de familia.
Mediante la fuerza, la llevaron al domicilio de uno de ellos en el fraccionamiento residencial Costa de Oro y en el baño del inmueble abusaron sexualmente de ella.
Abierta en mayo del 2015, en la indagatoria se revela que hubo un quinto joven involucrado de nombre Felipe Capitaine, hermano gemelo de Enrique, quien tampoco ha sido capturado.
La denuncia de hechos interpuesta por Fernández Torres describe cómo la joven fue llevada por sus agresores en contra de su voluntad al salir de la discoteca denominada “PH”. Añade que los cuatro jóvenes le quitaron su teléfono celular para que no pudiera comunicarse con las amigas con las que acudió ese día a bailar.
“La subieron contra su voluntad en la parte de en medio del asiento de atrás del auto y era custodiada por Jorge Cotaita por un lado (atrás del conductor) y Diego Cruz por el otro (atrás del copiloto). Estos dos sujetos le jalaban la ropa y la manoseaban por debajo de la falda, tocándole sus pechos y partes íntimas. Ella les insistió que no lo hicieran, que no quería eso, pero ellos entre burlas y agresiones seguían haciéndolo mientras Enrique Capitaine manejaba a toda velocidad y Gerardo Rodríguez era copiloto. Todo ese tiempo, ella trataba de calmarlos y hacerlos entrar en razón pero no lo logró”, dice el documento ministerial.
Aunque el abuso sexual ocurrió en enero 2015, fue hasta cuatro meses después cuando la hija de Fernández decidió contarle todo a su hermana mayor, luego lo expuso ante personal del bachillerato privado donde estudia. Y es que el trauma psicológico del que fue objeto la orilló a callar el delito durante varias semanas. Fernández Torres dijo que se dilató tanto en poner la denuncia penal por las secuelas psicológicas que observó en su hija.
En tanto, a través de un video que circula en redes sociales, se observa a los cuatro jóvenes que admiten su responsabilidad en el abuso sexual.
El papá de la víctima dijo que buscó hablar con los padres de los cuatro jóvenes, a quienes solicitó –como reparación del daño– lo siguiente:
“1.- Que se disculparan con mi hija y le dijeran por qué lo hicieron. Mi hija no acaba de entender por qué le hicieron esas atrocidades. Esto lo solicité en video ya que mi hija tiene mucho miedo de ver a esos individuos en persona.
2.- Que en cualquier lugar donde mi hija estuviera, ellos no podrían estar, inmediatamente se irían, fuere donde fuere que estuvieran.
3.- Que asistieran a un proceso terapéutico con el Dr. Mario Ortiz Rovirosa a quien yo en lo personal no conozco pero me recomendaron como el mejor en su especialidad y que los ayudaría a ser mejores personas”.
Aunque los padres de las víctimas se comprometieron a seguir al pie de la letra las peticiones, sobrevino un desprestigio en redes sociales en contra de la familia Fernández Torres, por lo que se vieron obligados a proceder legalmente.
Este fin de semana se hizo viral la circulación de una carta en donde el padre de la joven agredida exige justicia por el abuso sexual cometido en contra de su hija y pide que cese el hostigamiento contra ella y su familia.
“Mi hija menor de edad fue subida a un auto en contra de su voluntad, fue privada de su libertad, fue incomunicada, fue vejada, fue sometida, fue abusada sexualmente y fue violada. En este aberrante suceso participaron cuatro individuos mayores de edad: Enrique Capitaine Marín, Jorge Cotaita Cabrales, Diego Cruz Alonso y Gerardo Rodríguez Acosta.
“Esta carta la dirijo, a pesar de mi inmensa pena y dolor, a la opinión pública para enterar lo que han hecho las familias de los involucrados que, a pesar de saber lo que sucedió, a pesar de haber hablado conmigo, de haberse consternado por la tragedia, de haber reconocido los hechos, de haber filmado videos donde sus hijos se disculpan con mi hija por el gran daño que le hicieron, a pesar de todo esto, se han encargado de atacar, difamar y calumniar inmisericorde e inmoralmente a la víctima, con tal de evitar que sus hijos asuman su responsabilidad por el delito que cometieron”.