María Elena Bretón de la Cruz, la abuela de la víctima que este lunes 28 se colocó al frente de la marcha en el puerto y en Boca del Río, hizo públicas las amenazas de muerte contra sus hijos y contra Javier Fernández Gómez, el padre de la joven: “Me hablan por teléfono, contesto y me dicen: ¿A dónde te mando la cabeza de tu yerno?”.
Los autores de esta nueva infamia son –dice ella– los padres de los cuatro violadores, específicamente Felipe Capitaine Rivera, exalcalde priista-perredista de Nautla: “A mí me amenazan de que le van a quitar la cabeza a mis hijos, porque ellos son muy poderosos… Hagan lo que quieran, pero yo tengo fe en que sí se va hacer justicia”.
A eso justamente se unió una multitud de veracruzanos que asumió con gallardía el deber cívico de tomar las calles, a levantar la voz contra la impunidad de los cuatro agresores amparados en el poder político y económico de sus padres, que resumió una pancarta: “En el Veracruz corrupto, dinero mata justicia”.
Pero como en el Veracruz gobernado por el crimen se aniquila y desaparece indiscriminadamente, como los jóvenes de Tierra Blanca, Papantla y Coatzacoalcos, no pueden ignorarse que las amenazas de muerte denunciadas públicamente por la abuela de la menor de edad que fue violada pueden materializarse.
La violación sexual contra la joven no es el primer crimen que cometen Enrique Capitaine Marín, Jorge Cotaita Cabrales, Diego Cruz Alonso y Gerardo Rodríguez Acosta –conocidos como “Los Porkys de Costa de Oro”, hijos de políticos y empresarios ligados al PRI–, sino uno de tantos.
En la propia marcha de este lunes participaron familiares de Jonathan Calderón Yáñez, un joven corredor a quien uno de los Porkys, Jorge Cotaita Cabrales, mató en 2013 con el vehículo que manejaba con exceso de velocidad y bajo los efectos de alcohol y drogas.
Hugo Calderón Yáñez, hermano de la víctima, reveló que para liberar al asesino se procedió, primero, de manera semejante al caso de Daphne Fernández:
“Mi hermana fue la que estuvo con él (Jorge Cotaita) en Tránsito, Rocío Calderón Yáñez, y le jugaron la misma mecánica, el “perdón, disculpa, no lo volvemos a hacer, fue un accidente”. Pero no fue un accidente, porque iba a exceso de velocidad”.
Pero él presentó una denuncia por homicidio contra el Porky, pero no sólo no se investigó, sino que lo amenazaron por haberlo hecho.
“Estaba levantando la denuncia por lesiones cuando me hablaron de que había fallecido (mi hermano), entonces la interpuse por homicidio y nunca procedió. Recibí amenazas de que si seguía metiéndome iba a tener problemas”.
Quienes saben de las andanzas de este grupo de jóvenes aseguran que son muchos los delitos que han cometido, todos encubiertos por las autoridades estatales que tienen un responsable principal: El gobernador Javier Duarte, jefe del fiscal que, tras diez meses de denunciado el delito de violación, sólo repta.
Pero Duarte tiene un jefe jerárquico que también tiene una responsabilidad ineludible: Enrique Peña Nieto. ¿O a poco se es sólo jefe político para operar elecciones a favor del PRI, como las que están en curso, o se es jefe de Estado únicamente para efectos protocolarios?
Veracruz es un estado a merced del crimen y se atenta contra la vida de las personas, porque así lo ha querido Duarte y porque así lo ha querido Peña. Los Porkys de Costa de Oro, Los Porkys del Mirreynato, son entonces Los Porkys de Duarte y Peña…
No tengo duda: Debe hacerse justicia a Daphne Fernández, pero sin quebrarles el futuro a los también jóvenes Enrique Capitaine Marín, Jorge Cotaita Cabrales, Diego Cruz Alonso y Gerardo Rodríguez Acosta. Que paguen por lo que hicieron, pero que también tengan cabida en la sociedad, rehabilitados…
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: ÁLVARO DELGADO.
LINK: http://www.proceso.com.mx/434957/los-porkys-duarte-pena