CIUDAD DE MÉXICO — Un pequeño grupo de personas se reúne todos los días en una carpa blanca en el Paseo de la Reforma, frente a las oficinas de la Procuraduría General de la República, para mantener la vigilia en memoria de los 43 estudiantes.
De la carpa cuelgan sus imágenes: un recuerdo literal y figurado. Son 43 fotografías en blanco y negro de los estudiantes de magisterio detenidos ilegalmente por la policía en la ciudad de Iguala, en septiembre de 2014, desde entonces desaparecidos.
Por este paseo alguna vez marcharon cientos de miles de personas que, con su ira colectiva, lograron transformar las desapariciones en un cuestionamiento global de la impunidad en México, en un símbolo de las decenas de miles de personas que han desaparecido durante la guerra contra el narcotráfico en el país.
Pero la ira se ha disipado tal como se disolvieron las marchas multitudinarias, lo que genera ansiedad sobre que la rendición de cuentas por parte del gobierno. Pese a que su gestión ha sido blanco de serias críticas por un grupo de expertos extranjeros, pocos esperan que el gobierno pague algún precio político por este episodio.
Rodrigo González, un estudiante de Ciudad de México de 22 años que se ha pasado el ultimo año yendo y viniendo de la carpa, explica que “la marea baja, como sucede con todos los movimientos sociales. La gente tiene trabajo, se le acaba el dinero, se distrae. El gobierno apuesta a ese cansancio y al olvido. Nosotros nos quedamos aquí para recordarle a la sociedad que no debe olvidar”.
Cierta presión social se ha sentido en los últimos días, cuando se hizo evidente que el grupo de expertos internacionales –que llegó a México para investigar lo que sucedió con los estudiantes– sería incapaz de hacerlo debido a
la falta de colaboración del gobierno, que no quiso compartir información sobre el caso ni permitió entrevistas con ciertos funcionarios clave.
El informe final del Grupo Interdisciplinario de Expertos Internacionales, que se publicó el domingo, explica en detalle las fallas de la investigación oficial y denuncia que esta se basa en confesiones obtenidas bajo tortura. La partida del grupo de expertos ha dejado a las familias de los estudiantes solas y devastadas. Para ellas, los investigadores eran un interlocutor válido entre ellos y el gobierno.
Pero ahora, sin los expertos internacionales y sin protestas en la calle, las familias se preguntan si su lucha es una causa perdida. Bernabé Abrajan Gaspar, padre de Adan Abrajan, uno de los estudiantes, dijo que “hemos visto como caía el apoyo social quizás porque para mucha gente no es importante y porque otros le creen al gobierno”.
Otras familias entrevistadas el lunes expresaron una preocupación similar y creen que nunca sabrán lo que les sucedió a los estudiantes.
Y aunque es probable que este episodio defina la presidencia de Enrique Peña Nieto, su partido, el PRI, no pagará ningún precio político. En elecciones pasadas, el partido ha logrado imponerse cómodamente sobre sus rivales. Dentro y fuera del gobierno existe la creencia de que el descontento, la frustración o la rabia por el caso de los estudiantes no van a erosionar la posición dominante del PRI en el sistema político.
“¿Perjudicará esto al PRI? No estoy convencida”, dijo Pamela Starr, profesora de la University of Southern California especializada en México, y añadió: “Aún tiene una base social sólida y la oposición está totalmente desordenada”. Para Starr, “debería perjudicarlo y si fuera el PRI contra dos partidos de oposición unidos, seguramente lo haría”.
Los índices de aprobación del Presidente Peña Nieto se desplomaron después de las desapariciones y un
escándalo político y económico que involucró a su esposa y una propiedad millonaria conocida como la Casa Blanca. Pero el año pasado, su partido ganó las elecciones intermedias sin mayores problemas. Ahora las encuestas muestran una alta probabilidad que el PRI mantenga el control en la mayoría de los estados en las elecciones de gobernadores en junio.
El analista político Alfonso Zárate cree que “los estrategas del PRI entienden muy bien que los niveles de rechazo y desaprobación no tienen impacto sobre los resultados electorales”.
Aún así, el gobierno se enfrenta a una ola de condena internacional sobre su gestión en el caso de los estudiantes, incluso cuando Peña Nieto busca proyectar a México como una potencia económica emergente. Cuando viaja por el mundo, firma acuerdos comerciales y visita a presidentes y reyes se encuentra con protestas por los estudiantes desaparecidos que perjudican la imagen del país que ha tratado de crear desde 2012.
Para Jorge Castañeda, exsecretario de Relaciones Exteriores de México, el gobierno “sabe que ha perdido la batalla de la opinión pública internacional, pero sabe que puede ganar la de la opinión pública nacional. Y es probable que tengan razón, es posible que no haya consecuencias internamente”.
El Departamento de Estado de Estados Unidos dijo en un comunicado que esperaba que “las autoridades mexicanas tengan en cuenta las recomendaciones del informe, evalúen las políticas sugeridas para abordar el problema de la desaparición forzada, presten apoyo a las familias de la víctimas y continúen intentando llevar a los responsables de este crimen tan terrible ante la justicia”.
La frustración generalizada nace, en parte, por la insistencia del gobierno en defender sus conclusiones iniciales: que los estudiantes fueron secuestrados por la policía, que esta los entregó a un cartel que los asesinó y luego quemó los cuerpos en un basurero cercano.
Pese a que los expertos han testificado que ese incendio no pudo suceder en el lugar en el que supuestamente se incineraron los cuerpos, el gobierno defiende la veracidad de su investigación y critica a quienes no han sido capaces de resolver el caso. Las autoridades tienen a su propio grupo de expertos que defiende esa versión de los hechos.
Para Zárate, “hay ciertos niveles de gobierno que tienen una idea un tanto equivocada: que si hablas mucho de economía y gastas mucho dinero en publicidad, todo se desvanecerá. Creo que la imagen de uno depende de lo que hace, no de lo que dice que hace”.
Si eso fuera cierto, su estrategia no parecería estar rindiendo frutos en el extranjero. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos publicó recientemente un informe muy duro sobre el uso de la tortura por parte de las fuerzas de seguridad en México y el enviado especial de Naciones Unidas sobre la tortura, Juan E. Méndez, hizo lo mismo el año pasado.
Méndez dijo que la tortura en México es generalizada, algo que el gobierno cuestiona. Para Méndez, este tipo de respuestas no le ayudan al Estado. “Estas cosas suceden en otros países, pero en México es más serio porque su papel en la comunidad internacional es importante y porque los ciudadanos mexicanos se merecen algo mejor después de décadas de exclusión. Ya es hora de que una democracia seria comience a ofrecer resultados”.
Fuente: New York Times en Español
Autor: Azam Ahmed
http://www.nytimes.com/es/2016/04/26/la-desaparicion-de-43-estudiantes-en-mexico-la-tragedia-que-marco-al-gobierno-de-pena-nieto-pero-que-no-afectara-a-su-partido/?action=click&contentCollection=undefined®ion=rank&module=package&version=highlights&contentPlacement=1&pgtype=collection