Jean Pierre Bemba, exvicepresidente de la República Democrática del Congo, fue recientemente sentenciado a 18 años de prisión.
Fue encontrado culpable de crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra cometidos en la República Centroafricana entre octubre de 2002 y marzo de 2003; en concreto por: asesinato, violación y saqueo. De acuerdo con el tribunal, los crímenes fueron perpetrados por las tropas del Movimiento de Liberación de Congo que eran dirigidas por Bemba quien “tenía la autoridad y control sobre las fuerzas que cometieron los crímenes”.
El juicio se centró en la responsabilidad de mando que se encuentra regulado en el Artículo 28 del Estatuto de Roma que da sustento a la Corte Penal Internacional:
El fallo del tribunal indica que Bemba era quien “efectivamente actuaba como comandante militar”; que “las fuerzas bajo su control cometían o estaban por cometer… asesinato, violación y saqueo”; que estos “crímenes son el resultado de las fallas de Bemba por ejercer el control adecuadamente”; que “tomó algunas medidas como reacción a las acusaciones públicas de crímenes…pero falló al tomar medidas en respuesta a acusaciones de crímenes reportados al interior”; que no “intentó genuinamente tomar todas las medidas necesarias y razonables dentro de sus capacidades para prevenir o reprimir la comisión de crímenes, como era su obligación”, en lugar de ello “su principal intención fue contrarrestar las acusaciones públicas y rehabilitar la imagen pública” del grupo armado; y por último, que “repetidamente falló en tomar genuinas y adecuadas medidas para prevenir y reprimir los crímenes, y someterlos a las autoridades competentes”.
Es decir, Bemba fue encontrado culpable no por haber cometido u ordenado los ataques, sino porque no hizo lo suficiente por detener los patrones sistemáticos o generalizados de los crímenes que sabía, o de debía saber, estaban ocurriendo. ¿Suena familiar?
La Fiscal de la Corte Penal Internacional, Fatou Bensouda, comentó que “una larga sentencia para Bemba debería disuadirá otros mandos militares de cometer crímenes similares”.
Todo esto nos hace pensar en la situación mexicana. El caso Bemba puede ser un referente jurisprudencial importante para lo que ocurre en México. Recientemente, Open Society Justice Initiative (OSJI) presentó el informe Atrocidades innegables. Confrontando crímenes de lesa humanidad en México.
Algunos de los hallazgos del reporte apuntan en la misma dirección: la responsabilidad de las autoridades al no hacer todo lo que está en sus posibilidades para intentar prevenir o reprimir los crímenes; mucho menos se ha hecho algo por terminar con la escandalosa impunidad que impera en estos casos; la reacción que han tenido distintos mandos ante hechos criminales que se han hecho públicos para decir que son hechos aislados y así intentar recomponer la imagen pública de las fuerzas del Estado.
Destacando algunas líneas del informe en relación a ello:
Así de claro.
Se deben retomar con seriedad los múltiples informes que se han presentado sobre la crisis de violencia e impunidad que se vive en México.
Las autoridades deciden si implementan las recomendaciones, como la realizada por OSJI: “la creación de una entidad de investigación internacional, con sede en México, que tenga el poder de investigar y procesar causas de manera independiente en materia de crímenes atroces y casos de gran corrupción… Este órgano también puede brindar asistencia técnica a la Procuraduría General de la República / Fiscalía y a la policía de investigaciones; desarrollar propuestas de reforma para el sector judicial para su consideración por parte del gobierno mexicano, el Congreso y el público; y elaborar informes públicos sobre el estado de las reformas del sector judicial y el estado de derecho en México”. O lo hará, tarde o temprano, la Corte Penal Internacional.
FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: JACOBO DAYÁN.
LINK: http://aristeguinoticias.com/0607/mexico/mensaje-de-la-corte-penal-internacional-para-mexico-articulo-e-infografias/