Xiuhtletl residía en el puerto de Acapulco y fue visto por última vez en la ciudad de Chilpancingo, Guerrero, a la que había acudido en su calidad de presidente de la Asociación Culinaria de México en dicha entidad, para organizar actividades de promoción turística.
Tres días después de su desaparición, las autoridades federales sostuvieron un enfrentamiento fortuito con una célula delictiva en Zumpango –localidad ubicada a diez kilómetros de Chilpancingo– y luego de la refriega, las autoridades federales catearon la casa de seguridad en la que se refugiaban los delincuentes, sitio en el que encontraron los tenis que Xiuhtletl portaba el día de su desaparición, además de otras evidencias de otras personas secuestradas y desaparecidas, que también estuvieron privadas de la libertad en dicho inmueble.
En esa casa de seguridad, además, fueron encontrados algunos artículos que Xiuh portaba en su maleta de viaje el día que fue raptado, así como dos fosas a medio cubrir, en el patio del inmueble.
“La Fiscalía de Guerrero nunca investigó los tenis –narra Sara Olea, mamá de Xiuh–, y cuando la Procuraduría General de la República (es decir, la autoridad federal) solicitó que los enviaran a la Ciudad de México para ser analizados, la gente de Guerrero ni siquiera respondió los escritos que les enviaron”.
Luego de varios meses, la familia logró que la Fiscalía de Guerrero les entregara dichas evidencias “y los llevamos a la PGR, donde efectivamente les hicieron estudios, pero nos dijeron que no pudieron hallar ningún indicio, porque los tenis estaban contaminados, tenían diversos tipos de sangre mezclados, porque en Guerrero tienen todas las evidencias que recuperan de casas de seguridad en un montón de bolsas, sin ningún tipo de custodia ni cuidado para su preservación”.
Nueve meses después de la desaparición de Xiuh, el 7 de junio de 2014, las autoridades estatales localizaron en Zumpango dos fosas clandestinas, de las que fueron extraídas 13 cuerpos, de ellos, dos coinciden con las características físicas del chef, a pesar de lo cual, hasta la fecha, no han sido sometidos a exámenes genéticos, para saber si alguno de ellos corresponde con los de Xiuhtletl.
“Yo he pedido a la Fiscalía estatal, a la PGR, a todos, que esos dos cuerpos sean sometidos a pruebas de ADN –lamentó la mamá de Xiuh–, llevo dos años pidiéndolo, pero hasta la fecha nadie me ha hecho caso, nunca nadie me dio respuesta a esa petición, no les importó… y, peor: esos dos cuerpos fueron enviados a una fosa común”.
La señora Sara es enfática: “No es que yo quiera encontrar a mi hijo muerto, sino que busco la verdad, pero a las autoridades no les interesamos nosotras, las víctimas”.
Por último, en 2015, la familia del chef logró convencer a la Fiscalía de Guerrero, para que se acudiera a la casa de seguridad en la que en 2013 fueron hallados los tenis de Xiuh, esta vez para realizar excavaciones en las dos fosas que también fueron localizadas dentro del inmueble, y que nunca fueron investigadas.
“Mi esposo le tuvo que pagar a algunos trabajadores, para que hicieran la excavación –narra la señora Sara–, y convencimos a algunos agentes del Ministerio Público para que nos acompañaran, pero cuando llegaron al lugar, no encontraron nada, porque la escena ya había sido alterada. Luego del cateo de 2013, la dueña de la casa se movió, metió dinero, y le devolvieron el inmueble.
Y en 2015, cuando fue mi esposo a excavar, ya habían construido ahí (donde estaban las fosas), el lugar nunca estuvo en resguardo. Entonces, mi esperanza de que, a lo mejor, ahí pudiéramos encontrar algo, se perdió… y así estamos hasta el día de hoy, no hay más, ya son tres años desde que buscamos a Xiuh, y ya no sé qué hacer”.
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO
AUTOR: PARIS MARTINEZ
LINK: http://www.animalpolitico.com/2016/09/restos-oseos-podrian-pertenecer-chef-desaparecido-llevan-2-anos-esperando-pruebas-adn/