jueves, 5 de enero de 2017

Ruiz Esparza amaga con revocar licencias a transportistas por bloqueos… y lo tunden en redes

CIUDAD DE MÉXICO: El secretario de Comunicaciones y Transportes (SCT), Gerardo Ruiz Esparza, fue duramente criticado este jueves por los cibernautas al amenazar con revocar las licencias a los trasportistas de carga y de peaje del país que participen en los bloqueos de carreteras federales, en protesta por el gasolinazo.


En su cuenta de Twitter, el funcionario escribió el siguiente mensaje: “@SCT-mx revocará conforme a la Ley permisos a transportistas de carga y pasaje que participen en bloqueos de carreteras federales”.





Minutos más tarde después de tuitear dicho mensaje, el funcionario fue tundido por cibernautas con mensajes como los siguientes:

















FUENTE: PROCESO.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: http://www.proceso.com.mx/468781/ruiz-esparza-amenaza-revocar-licencias-a-transportistas-bloqueos-lo-tunden-en-redes

Justifica Coldwell gasolinazo: “era necesario para no afectar las finanzas públicas”

CIUDAD DE MÉXICO: Pedro Joaquín Coldwell, secretario de Energía, indicó que el alza de los combustibles “es una medida dolorosa, también desde el gobierno es una medida muy amarga de tomar; sin embargo, cuando se gobierna, hay que tomar decisiones con responsabilidad, y este es un caso de ellos.

“Ciertamente es una medicina amarga pero necesaria porque de otra manera se afectaría seriamente las finanzas públicas y programas de corte social, muy importantes para la población más vulnerable del país”, señaló en entrevista con Radio Fórmula.

El funcionario indicó que las gasolinas han tenido que subirse de precio, porque subieron los precios del crudo, ha habido un repunte, después de que habían tenido una caída.

“Un segundo efecto es que en virtud de que importamos gasolinas, casi la mitad de las gasolinas que consumimos, vienen principalmente de los Estados Unidos, y con el alza del dólar, eso también le ha pegado al precio de las gasolinas. Hay otras razones que le pegan al precio de las gasolinas, que vienen derivadas de que durante muchos años, siete décadas tuvimos un modelo energético cerrado, que no permitió inversión privada para construir ductos que transporten petrolíferos”.

Pedro Joaquín Coldwell, apuntó que se tienen varios problemas de política energética, que con la flexibilización de los mercados, se pretenden superar.

“Un problema es la bajísima capacidad de almacenamiento de petrolíferos que tenemos en el país, México solo tiene para tres o cuatro días en promedio nacional, cuando otros países tienen 38 días, 30 días que es lo más recomendable”.

Dijo que solamente a Pemex se le permitía hacer ductos o terminales de almacenamiento, lo cual ha llevado a que se tenga una logística muy cara e ineficiente para transportar los combustibles en México.

Reiteró que la red de ductos es insuficiente, por lo que se tiene que recurrir al transporte por ruedas, que es el más caro, y casi no se usa el ferrocarril.

Apuntó que viene una gran aportación de la reforma energética, la cual permite que el sector privado pueda invertir bajo la regulación del estado, en construcción de terminales de almacenamiento, reparto y logística, lo cual va a incentivar que se crea un sistema de almacenamiento y transporte mucho más eficiente.

“El simple hecho de este gran cambio legislativo, ya está generando inversiones en transportes de ductos, ya el primer poliducto privado de México está en proceso de construcción, que viene de Corpus Christi a la zona metropolitana de Monterrey”, precisó Coldwell.

Indicó que congelar el precio de las gasolinas hubiera implicado ajustar el presupuesto en casi 200 mil millones de pesos, lo que hubiera sido un efecto muy negativo sobre programas fundamentales para atender a la pobreza extrema que se tiene en México.

Pedro Joaquín Coldwell, subrayó que hay varios grupos que están interesados en construir refinerías, aunque hacer una refinería es una inversión gigantesca, son inversiones de cerca de 10 mil millones de dólares, que también requieren de un tiempo de maduración, pero ya está permitiéndose, hay varios grupos, se evalúan varias regiones de México para construir esas refinerías.


Apuntó que con la reforma hubo un cambio en el modelo y ahora sí se podrán hacer inversiones asociados con Pemex, o inversiones privadas que no estén asociados con Pemex, por lo que se recuperará el enorme rezago que se tiene de refinerías, de translogistica y de almacenamiento gracias a los grandes cambios que ha traído la reforma energética.

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: http://www.proceso.com.mx/468765/justifica-coldwell-gasolinazo-era-necesario-afectar-las-finanzas-publicas

Peña pensó que podía reinventar la realidad con el discurso y con mentiras, afirman académicos

¿Por qué el Presidente Enrique Peña Nieto dice que los índices de violencia bajaron 20 por ciento y dos días después los datos oficiales lo desmienten? ¿Por qué el Jefe del Ejecutivo afirma con facilidad que los energéticos bajarán sus costos con la Reforma Energética, y sucede lo contrario? ¿Por qué se va de vacaciones mientras los mexicanos salen a las calles a exigir su renuncia? ¿Por qué puede decir, sin rubor y para justificar el “mega gasolinazo”, que las gasolinas “están aumentando en todo el mundo”?

Es un “desfase psicológico” entre la fantasía y la realidad, dicen sociólogos, psicoanalistas y psiquiatras consultados por SinEmbargo.

Pero no sólo es él, dice uno de los académicos: “Ya tenemos tres sexenios así: Fox hacía lo mismo, quería convencer con el discurso. El sexenio de Felipe Calderón fue lo mismo: tratar de convencer con un discurso y no con la realidad. Con éste tendríamos tres sexenios de una idea de que la narrativa quiere construir a la realidad. La narrativa gubernamental debería ser crítica para alertar a los mexicanos en lo que debemos hacer

El Presidente Enrique Peña Nieto sostuvo, en días pasados, que hay una disminución de 20 por ciento en los crímenes. Las cifras oficiales lo desmintieron días después. Y repitieron, él y su equipo más cercano, que la gasolina bajaría de precios. Sucedió lo contrario, y de un golpe incrementó 20 por ciento el costo de los combustibles.

Hoy volvió a mentir. Tras nueve días de descanso, el Presidente regresó y dijo: “Comprendo la molestia y el enojo que hay; comparto el enojo. Pero déjenme decirles que es una medida que nadie hubiera querido que se tomara. No es una decisión fácil. No es el deseo del Presidente de la República dañar a nadie. De no hacerlo, serían aún más dolorosos los efectos y las consecuencias. Como lo ha explicado el titular de la Secretaría de Hacienda, no es resultado de la Reforma Energética o de la Reforma Hacendaria; refleja los precios internacionales”, aseguró.

Sin embargo, el incremento no es reflejo de los precios internacionales. México es el único país de 103 naciones que incrementó 20 por ciento los precios, de acuerdo con el sitio GlobalPetrolPrices.com. La información difundida en el medio especializado indica que si bien el precio del crudo subió un dólar (56 dólares por barril) durante la semana pasada, y los precios de las gasolinas aumentaron significativamente, los incrementos en la mayoría de las naciones analizadas no llegaron ni al 2 por ciento.

De 103 países examinados, hubo aumento en 53, en 40 no hubo cambios y en 7 el precio de la gasolina disminuyó. Sólo tres incrementaron más de 8 por ciento el costo: México, Malasia y Uruguay.

“El Ministerio de Hacienda de México anunció un aumento del 20% en los precios de la gasolina para enero y un aumento del 16% en los precios del combustible diésel, después de que los precios al por menor del combustible se mantuvieran estables durante algunos meses. El salto de precios es la siguiente etapa en el plan del gobierno para liberalizar el mercado minorista de combustibles”, dice el sitio.

Peña Nieto regresó después de vacacionar, mientras que en las calles de 29 estados –incluyendo la Ciudad de México y la cuna del grupo Atlacomulco, el Estado de México–, miles suman días de protestas por el “mega gasolinazo”.

El Presidente envió un mensaje hoy para anunciar en un primer momento cambios en su Gabinete que incluyen el retorno de Luis Videgaray Caso ahora como Secretario de Relaciones Exteriores, y a María Cristina García, en sustitución del fallecido Rafael Tovar y de Teresa, en la Secretaría de Cultura.

Durante una conferencia de prensa al medio día, el Jefe del Ejecutivo Federal aprovechó además para hablar por primera vez del “mega gasolinazo” y sólo para reiterar, que el alza a los combustibles se queda. Sin profundizar en los motivos que llevaron a su administración a elevar el precio de los combustibles, atribuyó la decisión al incremento internacional del costo de las gasolinas.


Sergio Aguayo Quezada, investigador de El Colegio de México (Colmex), consideró, en entrevista con SinEmbargo, que en su discurso, Peña Nieto “no dio nada”.

“Es obvio que no está dispuesto a hacer concesiones porque vive en otro México. En el México de los campos de golf, del avión presidencial y de las burbujas de vasallos que le dicen que sí a todo, pero definitivamente muy alejado de las inquietudes que acosan a la mayoría de los mexicanos en este momento”, señaló.

Peña Nieto miente, porque vive en un “desfase psicológico” entre la fantasía y la realidad, y tiene un desinterés total por enfrentar una verdad dolorosa, dicen analistas de la conducta del Presidente mexicano a SinEmbargo.

Manuel González Navarro, investigador del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), explica que Peña Nieto “está ausente”. Es “construir la realidad” a través de la narrativa, para “autoconvencerse de que todo está bien”. A eso llama “desfase psicológico”.


“Una de las primeras acciones que [Enrique Peña Nieto] tomó fue la de que los medios de comunicación, sobre todo la televisión, disminuyeran las noticias de página roja y negra; con la idea de que al disminuirla, esto disminuiría los hechos de manera casi directa. Sin embargo, las cifras de la violencia, asesinatos y demás, no solo no han disminuido, sino que se han incrementando. Han partido de la idea de que la publicidad genera la realidad. Esto es falso. La publicidad y la narrativa gubernamental se construyen sobre la percepción de la realidad, pero no construye la realidad”, dice en entrevista.

En agosto de 2013, cuando Peña Nieto envió al Senado de la República la iniciativa de la Reforma Energética, hizo la promesa que hoy se ha convertido en uno de los mayores reclamos de la población. El Presidente dijo en ese entonces:


“Mexicanos muy buenas noches, me dirijo a ustedes con emoción, pero sobre todo con la firme convicción de que el Gobierno de la República hoy ha tomado una decisión transcendental para acelerar el desarrollo de nuestro país: este día envié al Senado de la República la iniciativa de la Reforma Energética. Esta reforma representa una de las más grandes oportunidades para México de los últimos años; si aprovechamos esta gran oportunidad se crearán cientos de miles de empleos y con mejores salarios. Si llevamos a cabo esta reforma bajara el precio de la luz y del gas […]”.

Manuel González considera que los mexicanos descubrieron “un tono de mentira” en las palabras del Presidente y que al parecer ahora comienza a tomar acciones en contra de la narrativa del Gobierno.


“[La sociedad] Ha descubierto un tono de mentira, un tono de consistencia en términos de la mentira que hace ver a la Presidencia de la República en una especie de desfase psicológico, donde la vida y la realidad se muestra de una manera, y la narrativa de ellos sigue siendo la misma”, afirma.

El “desfase psicológico”, explica el investigador, permite generar una idea de congruencia: “Es como sonreírse en el espejo para pensar que se está bien”, en una especie de “autoengaño” que le permite venderle a los demás una idea país que no existe.

Sin embargo, precisa González Navarro, no sólo Peña Nieto ha administrado México evadiendo la realidad, también lo hicieron los ex presidentes panistas Vicente Fox Quesada y Felipe Calderon Hinojosa.


“Ya tenemos tres sexenios así: Fox hacía lo mismo, quería convencer con el discurso. El sexenio de Felipe Calderón fue lo mismo: tratar de convencer con un discurso y no con la realidad. Con éste tendríamos tres sexenios de una idea de que la narrativa quiere construir a la realidad. La narrativa gubernamental debería ser crítica para alertar a los mexicanos en lo que debemos hacer”, alerta.

Jorge Eduardo Murueta, director de Asociación Mexicana de Alternativas en Psicología (Amapsi), experto en psicología del poder, coincide con González Navarro, y agrega que Peña Nieto está en un nivel más elevado que Fox y Calderón en cuanto a desconexión con la población.

Destaca que la conducta del Jefe del Gobierno federal en torno a las protestas por el gasolinazo, es similar a la que tomó con el caso de la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero: “Ellos piensan que las protestas son transitorias, que se van a ir calmando, ellos lo quieren manejar así. Con Ayotzinapa decían: ‘supérenlo’, y en esa ocasión también se fue de viaje a China. Es una conducta típica, evasiva de la realidad”.


“Lo que se ha notado en la personalidad de Enrique Peña Nieto es que no es una persona que atienda las cosas a fondo, sino que sólo ocupa el cargo de una manera superficial. No parece comprender a fondo qué pasa con el país, no conoce su historia”, agrega.

Murueta crítica además que el Presidente de México no entiende al país, porque para él la política es un modus vivendi. Incluso lo califica como “un político junior” que no ama a su país.

“No sólo ocurre con el Presidente, también con algunos políticos de oposición. Ellos tienen sus ingresos, sus comodidades y hay una desconexión emocional con lo que le pasa al pueblo; no lo entienden, no lo captan. Piensan que la política es marketing, como si los votantes fueran clientes de un producto chatarra”, recrimina.

Jesús Quezada García, experto en psiquiatra, señala que el Presidente de la República muestra una personalidad sociópata. Foto: Cuartoscuro

NO DAR LA CARA, UN ERROR POLÍTICO

Las protestas por el incremento al precio de los energéticos, registradas durante los últimos días, han incluido cierre de carreteras; clausura de estaciones de servicio de gasolina, y llamados a dejar de comprar combustibles. Desde el norte hasta el sur del país la población está inconforme. Incluso en el mismo Estado de México, la entidad más codiciada por Peña Nieto y su grupo de poder.

Sin embargo, ni los gritos de inconformidad en su natal Edomex sacaron a Peña Nieto de sus vacaciones en nueve días. Un error político que a decir de los politólogos, le costará muy caro al Partido Revolucionario Institucional (PRI) en los comicios de este año en esa entidad.

Telésforo Nava Vázquez, profesor de la UAM, afirma que el desinterés del Presidente es un mal cálculo político que incluso generará que se agudice el descontento social.


“Está en una situación evasiva. Se ha creado su burbuja y con un poco de garra política, en vez de irse a jugar golf, debería haberse quedado a dar la cara y hablar con la población. Que explique en cadena nacional, que saque a su gente del Gabinete a explicar, que se haga el debate con especialistas en energéticos y finanzas, no con sus aplaudidores, con académicos. Pero está en una actitud evasiva de ‘yo ya me voy, no quiero saber nada’. Sólo queda año y medio para las elecciones de 2018 y le espera un periodo largo y problemático, porque el descontento se agudizará. Con su desinterés está provocando que puedan darse estallidos sociales, que la gente tome otras medidas”, dice.

El gasolinazo llegó en el peor momento para el Presidente de la República. En agosto de este año, el diario Reforma publicó una encuesta en la que Peña Nieto tiene un 74 por ciento de desaprobación. Es decir, sólo dos de cada 10 ciudadanos aprueban su administración.

Lorenzo Meyer Cossío, historiador y politólogo de El Colegio de México (Colmex), dijo hace unos días en entrevista con SinEmbargo, que “ya es difícil pensar en una opinión negativa más contundente, más dura contra el Presidente”.

“Hay torpeza en la manera en que echaron andar la liberación de las gasolinas”, alerta Salvador Mora Velázquez, politólogo de la UNAM. Foto: Cuartoscuro

Pero con los últimos sucesos, la opinión en torno al Presidente no sólo será peor, además el PRI está muerto para 2018 e incluso para 2017, prevé Nava Vázquez.


“El PRI la tiene perdida. Aunque hay que recordar que tiene el poder federal, [y] las finanzas públicas, harán hasta lo indecible en el Estado de México. Se la van a jugar todos, ya están operando con todo. Tienen controlado al PAN [Partido Acción Nacional] y al PRD [Partido de la Revolución Democrática]; y Morena [Movimiento Regeneración Nacional] no tiene mayor presencia. Pero aún así, el PRI ya pintó la perspectiva de la derrota. Incluso en el Edomex, donde ahorita no tiene competencia real, podría ocurrir”, explica.

Salvador Mora Velázquez, politólogo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, opina que en la estrategia de Peña Nieto para enfrentar la molestia social por el “mega gasolinazo” denota “demasiada torpeza”.

“Hay torpeza en la manera en que echaron andar la liberación de las gasolinas. Esta torpeza implica soberbia de parte de la clase política. Han lanzado a una serie de actores de segunda que han tratado de defender el proyecto. Yo esperaría que en los próximos días el Presidente de la República atendiera el tema, que ofrezca una respuesta sólida al problema”, dice.

Mora Velázquez coincide también en que la consecuencia de no dar la cara se reflejará en los índices de aprobación del Presidente, que serán más bajos. El politólogo hace un llamado a los gobernadores, a la oposición y al Congreso de la Unión a convocar a Peña Nieto para que dé una explicación que deje satisfechos a los empresarios y a la sociedad mexicana.


“Son medidas que trastocan la confianza en un Gobierno que ofreció que la Reforma Energética iba a beneficiar. Eso no está ocurriendo de ninguna manera. En términos políticos, esto lastima la figura presidencial y lo hace ver como un Presidente que está gobernando al vacío. Tendrá un costo electoral para el partido del Presidente”, considera.

“LA REDUCCIÓN DEL DELITO”

El Presidente Enrique Peña Nieto prometió hasta el último momento que bajarían de precio la gasolina, el gas y los recibos de la luz; pero el tema energético no es el único en donde el Presidente ha errado.

El 20 de diciembre, Peña Nieto afirmó, durante una reunión de la XLI sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública, que los delitos en el país bajaron 20 por ciento gracias a la estrategia de seguridad de su Gobierno.


Ataviado de corbata roja con gruesas rayas negras en diagonal, acompañado por Miguel Ángel Osorio Chong, Secretario de Gobernación a su derecha, y ante 29 gobernadores del país dijo: “Los índices de violencia bajaron 20 por ciento, estamos satisfechos con lo que ha hecho en la materia, por lo que llamo a redoblar el paso y no claudicar”.

Dos días después, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) desmentía con sus datos las palabras del Presidente: De enero a noviembre de 2016, los asesinatos se dispararon (18 mil 915), con lo que 2016 estaba por convertirse en el año más violento de la presente administración.

Jesús Quezada García, psiquiatra, suicidólogo diplomado en tanatología y director médico de Instituto Hispanoamericano de Suicidología A.C., considera que el Presidente de la República muestra una conducta que habla de un problema “psiquiátrico”.

El especialista explica que “en psiquiatría existe un trastorno que se llama trastorno de personalidad sociópata. El sociópata es un sujeto amoral, que no tiene principios, no siente culpa, no siente vergüenza, es un cinismo máximo, de ahí que el señor puede hacer hacer y deshacer sin que nadie lo obligue a nada, y además no se siente mal”. Quezada destaca que esto no se trata de una enfermedad, sino de un trastorno de personalidad.


“Lo digo porque si lo manejamos como enfermedad, él lo puede tomar para su defensa y decir ‘si el doctor fulano de tal dice que estoy enfermo, lo que yo hago entonces no lo puedo evitar porque estoy enfermo’. Aquí para empezar no es enfermedad, es un trastorno. Sí cuesta mucho trabajo en psiquiatría quitar esos síntomas de la persona. El cínico así es: ‘yo soy así y qué, les guste o no les guste. Y háganle como quieran, con marchas, protestas, huelgas de hambre; yo estoy haciendo lo que estoy decidiendo y la Cámara de Diputados, Senadores, pues todos me apoyan’. ¿Por qué lo apoyan? Pues porque les paga”, dice Quezada García.

El psiquiatra afirma que el Presidente crea un “mundo de fantasía, un mundo color de rosa”, que se contrapone con la realidad “triste y dolorosa”.


“Es mitómano [el Presidente]. Es el experto en la mentira, tiene doctorado, maestría con mención honorífica. Son expertos en mentir, por eso él dice ‘yo estoy diciendo una cifra y esa es. Es como si se crearan un mundo de fantasía”, critica.

Alicia Ortiz Rivera, psicoanalista y docente de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), socióloga y especialista en derechos humanos, explica que es complicado hacer un diagnóstico del Presidente a distancia y aclara, que puede hablar sólo de las actitudes que muestra públicamente.


Ortiz Rivera habla de esquizofrenia: “Las actitudes de esa naturaleza, son actitudes esquizofrénicas. En el sentido de que no están teniendo el sentido de la realidad. Hay una pérdida del sentido de la realidad”.

Además, la conducta de Peña Nieto muestra un “trastorno narcisista” que no le permite sentir empatía por los demás.

Por eso Peña Nieto no ha salido a dar la cara a los miles de mexicanos que se manifiestan por todo el país en contra de sus medidas. La experta incluso comparó ese tipo de conducta, con la de Donald Trump, Presidente electo de Estados Unidos. Ambos narcisistas: “Se pierde el sentido de la realidad. No miden las consecuencias de lo que está pasando. No tienen un sentido de valores”, explica.





Fuente: Sin Embargo
Autora: Shaila Rosagel
http://www.sinembargo.mx/04-01-2017/3132280

Eruviel envió infiltrados a las protestas en Edomex, acusa el Centro Zeferino Ladrillero

El Centro de Derechos Humanos Zeferino Ladrillero acusó a Eruviel Ávila de mandar infiltrados para realizar desmanes en las protestas por el alza a las gasolinas y así desprestigiar el movimiento ciudadano en Naucalpan y Nicolás Romero. También responsabilizó a Enrique Peña Nieto de cualquier acto represivo.

El Centro de Derechos Humanos Zeferino Ladrillero (CDHZL) acusó al Gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila Villegas, de haber enviado infiltrados para desprestigiar la protesta ciudadana en la entidad contra dl alza del 20 por ciento a las gasolinas. Asimismo responsabilizó al mandatario y al Presidente Enrique Peña Nieto de cualquier acto de represión en contra de los manifestantes.

De acuerdo con el comunicado emitido por la organización defensora, los actos vandálicos ocurridos en Naucalpan y Nicolás Romero presuntamente convocados por los manifestantes son parte de una “estrategia gubernamental para intimidar las protestas y la inconformidad popular contra los gasolinazos. Para así justificar un uso de la fuerza desmedido y la aplicación de facto de la #LeyEruviel”, señaló el CDHZL.

Externos a la organización popular llegaron a provocar los disturbios, según testimonios citados por el Centro: “Mi hermano estaba afuera y él vio cuando llegaron y escuchó que un grupo de señores fueron los que reunieron a los jóvenes y los alentaron a hacer el desastre”, narra una persona que estuvo presente en el centro comercial ubicado sobre la carretera Atizapán-Nicolás Romero, en el paraje conocido como Puerto de Chivos, en donde se llevaron a cabo saqueos, destrozos y pintas en contra del gasolinazo.

En Naucalpan, en la zona de Chamapa, la noche de este martes se reportó en redes sociales la presencia de un supuesto grupo armado que aprovechó las manifestaciones para asaltar a automovilistas, peatones y comerciantes. La policía llamó a las tiendas de autoservicio a cerrar y bajaban a pasajeros del transporte público.

El CDHZL explicó que parte de la estrategia es generar psicosis. “Son los que bloquean las carreteras”, les decían personas -que nadie sabe con certeza quiénes son- para espantar a la gente y que regresaran a sus casas atemorizados, asegura.


“El objetivo de este montaje es deslegitimizar el movimiento de vecinos de Naucalpan y Nicolás Romero que lucha contra los gasolinazos. Esta estrategia no es nueva, así se ha manejado el gobierno priísta en otras ocasiones y ha repetido el mismo patrón; un ejemplo de ello es lo ocurrido en la zona oriente del Valle de México en el 2012 con el famoso “ahí vienen”, en medio del conflicto electoral de entonces”, escribió la organización.
Finalmente, los defensores responsabilizaron a los gobiernos estatal y federal de los hechos. Uno por generar el descontento popular con el alza a las gasolinas, por no buscar el diálogo con los inconformes y por “echar a andar grupos de provocadores” para infringir temor en la población.

“Hacemos el más enfático señalamiento de que cualquier acto de represión y violación a los derechos humanos contra las personas que se están manifestando, los responsables son Enrique Peña Nieto y Eruviel Ávila Villegas”.





Fuente: Sin Embargo
Autor: Redacción
http://www.sinembargo.mx/04-01-2017/3132807

Policías del Edomex son exhibidos robando en saqueo a tienda; cuatro son detenidos

Aprovechando que la tienda Bodega Aurrera, ubicada en la colonia Altavilla, en Ecatepec, Estado de México, fue saqueada y que el lugar se encontraba sólo, los uniformados comenzaron a tomar distintos productos que quedaron tirados a las afueras de la tienda y las guardaron en las cajuelas de las patrullas. Tras la difusión del video, la Comisión Estatal de Seguridad Ciudadana informó que cuatro agentes fueron separados de sus cargos y presentados ante el Ministerio Público.



El aumento en el precio de las gasolinas implementado por el Gobierno federal desde el 1 de enero provocó la molestia de miles de personas en todo el país quienes han salido a las calles para expresar su rechazo hacia el “gasolinazo”. En los últimos ocho días las muestras de inconformidad subieron de tono situación que ha sido aprovechada por decenas de personas que escudados en las manifestaciones contra el alza de los combustibles han aprovechado la situación para cometer actos vandálicos como el saqueo de tiendas. Sin embargo, los ciudadanos no han sido los únicos que han participado en el robo de productos de los comercios, también policías del Estado de México han realizado robos, así lo demuestra un video difundido en redes sociales en el que son exhibidos mientras tomaban mercancía de una tienda previamente saqueada.

En un video grabado por un ciudadano y difundido en YouTube el 4 de enero, se observa cómo elementos de la policía estatal arriban a una tienda Bodega Aurrera, ubicada en la colonia Altavilla, en el municipio de Ecatepec, en el Estado de México, la cual fue saqueada por decenas de personas.

Aprovechando que el lugar se encontraba sólo, los uniformados comenzaron a tomar distintos productos que quedaron tirados a las afueras de la tienda y las guardaron en las cajuelas de las patrullas.

En la grabación es posible apreciar cómo algunos de los agentes utilizaron los carritos del supermercado para llenarlos de productos y así hacer más fácil el transporte de estos hasta las patrullas.

Tras la difusión del video, la Comisión Estatal de Seguridad Ciudadana (CES) informó a través de un comunicado que cuatro agentes fueron separados de sus cargos y presentados ante el Ministerio Público.

Los elementos se encuentran entre las 430 personas detenidas en los 16 municipios del Edomex por los saqueos y actos vandálicos, informó el Gobierno de la entidad.

La tienda saqueada se ubica en Altavilla, Municipio de Ecatepec, a donde los agentes habían ido a apoyar en la movilización policiaca para evitar el saqueo y terminaron guardando en sus vehículos oficiales varios artículos que habían quedado afuera del autoservicio.

“El Gobierno del Estado de México no permitirá actos fuera de la legalidad y por ello presentó esta mañana a los elementos ante el Ministerio Público, para determinar su probable responsabilidad en algún hecho delictivo”, señala la dependencia en el comunicado.

En tanto el Gobierno del Estado de México advirtió que estará atento para identificar cualquier otra denuncia similar y para proceder conforme a derecho.

Entre los detenidos se encuentran 306 adultos, 255 hombres y 51 mujeres; así como 124 menores de edad, de los cuales 111 son hombres y 13 mujeres.

La dependencia pidió a la ciudadanía reportar cualquier acto vandálico o situación que ponga en riesgo la integridad de las personas y puso a disposición los números 066 y 089 para realizar denuncias.

DENUNCIAN SUPUESTO ROBO DE PANTALLAS EN LA GAM

Usuarios de redes sociales difundieron un video en el que presuntamente elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México se llevan varias pantallas de una tienda Famsa ubicada en la delegación Gustavo A. Madero.

En un video publicado en Twitter por el periodista Juan Rivas, se observa cómo un grupo de granaderos sube las televisiones a una unidad de la dependencia con matricula DF569-145, pese a los reclamos de varios ciudadanos.


Tras la difusión del video la cuenta de Twitter de la Unidad de Contacto del secretario de Seguridad Pública de la Ciudad de México, Hiram Almeida, informó que los uniformados atendieron a un llamado que alertaba la sustracción de bienes de la tienda y se logró la detención de tres personas.

Al cuenta informó que las pantallas no fueron robadas sino aseguradas y trasladadas a una Agencia del Ministerio Público como prueba del delito.





Fuente: Sin Embargo
Autor: Redacción
http://www.sinembargo.mx/05-01-2017/3132942

Desaparición forzada, uno de los saldos perversos de la Operación Chihuahua

En octubre de 2008, como parte de la Operación Conjunta Chihuahua, Saúl Becerra Reyes y otras personas fueron detenidas en Ciudad Juárez. A todas se les recluyó en el centro de mando militar y después las mandaron a la Procuraduría General de la República, menos a Saúl. Meses más tarde su cadáver apareció, momificado, lejos del sitio donde lo detuvieron. Si bien hay efectivos castrenses acusados y procesados por este caso, el mismo no está cerrado. Y sobre la mencionada operación recae el negro antecedente de contar con más de mil 300 quejas por violaciones a los derechos humanos, según registros periodísticos.

La última vez que Brenda Patricia Balderas Contreras vio con vida a su esposo, Saúl Becerra Reyes, fue la tarde del 21 de octubre de 2008, cuando ella se aproximaba a su casa, en el sector Delicias, uno de los más violentos de Ciudad Juárez, Chihuahua, y se encontró con que vehículos blindados del Ejército tenían todo cercado en tres cuadras a la redonda.

Vio que detrás de los militares había gente detenida. A lo lejos alcanzó a distinguir que un soldado tenía a Saúl en el suelo, con un pie sobre su cabeza. Quiso correr hacia él, pero un guardia le impidió el paso. Pudo ver que al lado de su marido había otros hombres tirados en la calle; poco después los taparon a todos con cobijas antes de subirlos a un camión militar de redilas y llevárselos.

El despliegue de aquella tarde formaba parte de la Operación Conjunta Chihuahua, que había arrancado en abril de 2008 en ésta y otras ciudades del estado.

Ese día el operativo tuvo lugar en el cruce de las calles Platino y 16 de Septiembre, donde Arturo Martínez Garza preparaba su mudanza. Cuando llegaron los soldados, vio desde la ventana de su casa cómo encañonaban a varios de sus vecinos, que estaban en la calle, platicando afuera de una pizzería. Dijo que escuchó cuando los militares gritaron que no se movieran, los hincaron a todos y les ordenaron que se taparan la cara con sus camisetas. Salió a ver qué pasaba y a él también lo detuvieron.

Después de que un grupo de soldados se llevó a 10 civiles detenidos, Brenda se acercó a preguntar a dónde los llevaban. Le respondieron que a la Procuraduría General de la República (PGR). Fue con otros familiares a las oficinas de la dependencia, donde les dijeron que “era muy pronto”, que los militares tardaban por lo regular de dos a tres días en presentar a los detenidos ante la autoridad ministerial.

Pasaron los días y Brenda regresó varias veces a las oficinas de la PGR, donde no le dieron informes acerca del paradero de su esposo. Tiempo después algo supo de él por otro de los detenidos, Pablo Castillo López, cuyo testimonio rendido ante el Juzgado Sexto de Distrito en Chihuahua forma parte de la causa penal 93/2013 instruida contra 18 militares, seis de ellos oficiales, acusados de la desaparición forzada y homicidio de Saúl Becerra Reyes.

Castillo López relató que los militares se lo llevaron junto a Saúl Becerra. A los dos los tuvieron encerrados en el cuartel de la guarnición militar de Ciudad Juárez. Dijo que ahí vio a Saúl “muy herido y golpeado”. Preguntaba a los militares qué estaba pasando, por qué los habían detenido. Lo único que le contestaban era que no hablara.

“Nos llevaron a la guarnición y ahí nos retuvieron. Nos maltrataron y nos tuvieron como cinco días vendados de los ojos, nos dieron toques eléctricos en las partes y ya después fue derechos humanos a buscarnos a la guarnición. Todos los días iban a buscarnos ahí.

“Los militares nos decían: ‘Ya llegó la visita’, y nos sacaban hacia el cerro en una hielera de carnes frías y ahí nos tenían toda la noche y el día, nos regresaban al cuartel y decían que iban a continuar con lo mismo. Y decían que quién era el bueno de esas armas, y yo les decía que yo no. Ya después los militares me preguntaban por Saúl, y yo les contestaba que no lo conocía. Y ya cuando llegamos a la PGR nos dimos cuenta que no iba Saúl ahí con nosotros”, declaró Castillo ante el juez Sexto de Distrito de Ciudad Juárez, en una audiencia efectuada en septiembre de 2013.

Cuando llegó a la PGR, Castillo recordó que eran 10 los detenidos a quienes acusaron de delitos contra la salud, portación de armas exclusivas del Ejército y delincuencia organizada, por haberlos encontrado en “flagrancia delictiva”. El único que no estaba en ese grupo era Saúl Becerra Reyes; sin embargo, el vehículo que era de su propiedad estaba asegurado.

Durante una audiencia en el Juzgado Sexto de Distrito, Brenda declaró que al paso de los días comenzó a buscarlo en el Servicio Médico Forense (Semefo), en hospitales y en el cuartel. En diciembre de 2008 decidió presentar una queja ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos por la desaparición de su esposo, detenido por los militares pero “nunca puesto a disposición de la autoridad ministerial”.

Saúl Becerra era rotulista, vivía en unión libre y había procreado dos niñas con Brenda. Estaba fichado como miembro de la pandilla Los Aztecas, le decían El Cholo Fresa; lo detuvieron en 1998 y fue sentenciado a ocho años de cárcel por un homicidio en Ciudad Juárez. Cumplió su condena y estaba libre desde diciembre de 2006.

Los cinco meses que transcurrieron para que Brenda conociera el paradero de Saúl finalizaron la mañana del 5 de marzo de 2009, cuando abrió el periódico PM de Ciudad Juárez. Ahí leyó que un cuerpo momificado había sido encontrado en la carretera Casas Grandes-Ascensión, en una brecha conocida como El Zorrito, distrito de Galeana, a la altura del kilómetro 68, de donde fue llevado al Semefo.

Saúl tenía tatuado su nombre en el hombro y antebrazo derechos. Gracias a ese tatuaje identificaron el cuerpo.

El Quinto Batallón

En octubre de 2008 una denuncia anónima fue recibida en el campamento del Quinto Batallón de Policía Militar, establecido en un campo deportivo del sector Delicias de Ciudad Juárez; el agrupamiento había venido de su base en Santa Lucía, Estado de México, para sumarse a la Operación Conjunta Chihuahua.

El mensaje anónimo decía que había un lugar donde se reunía gente armada y vendían droga, en terrenos de la banda conocida como Los Aztecas, según recordó el mayor de infantería Ignacio Juárez Rojas durante una de las audiencias del juicio.

Juárez Rojas era el jefe de la Sección de Personal, Abastecimientos y Ayudantía del batallón, el cual estaba al mando del coronel Eloy Magaña Barrios, quien aquella tarde le ordenó que saliera a verificar la denuncia. Juárez se dirigió con un grupo de soldados encabezados por el capitán Eusebio Huerta Miranda a la calle Platino, donde llegaron a bordo de varios vehículos artillados y de transporte de tropas.

En el relato que se encuentra en el tomo 12 de la causa penal 93/2013 –del cual Proceso tiene copia–, que por desaparición forzada, homicidio y abuso de autoridad se lleva en el Juzgado Sexto de Distrito en Chihuahua contra el coronel Magaña Barrios, el mayor Juárez Rojas, el capitán Huerta Miranda, más tres oficiales y 12 elementos de tropa que pertenecieron al Quinto Batallón de Policía Militar, se recoge la versión castrense de cómo se dio aquella detención de los 10 civiles, entre quienes iba Saúl Becerra Reyes.

Juárez declaró que cuando llegaron al sitio vio que había cuatro hombres sentados “en actitud sospechosa” en las inmediaciones del domicilio que les habían indicado. Ordenó a su personal que los revisaran y les encontraron dinero en efectivo; detuvieron a otro que salió del vecindario donde momentos después irrumpieron. Eran unos cuartos abandonados donde presumían que se reunían esas personas. Ahí encontraron armas, cartuchos y droga que aparentemente pertenecían a esos individuos.

El jefe militar informó al coronel Magaña del hallazgo y le solicitó apoyo de un vehículo más grande para trasladar a los sospechosos al puesto de mando de la Operación Conjunta, ubicado en la guarnición militar de Ciudad Juárez. Pronto llegó el capitán Salvador Mejía Rangel, con tropa bajo su mando, en un camión al que subieron a los detenidos.

Más tarde llegó al vecindario el coronel Magaña, quien recibió los pormenores mientras entraba a inspeccionar el lugar donde, según los reportes, encontraron dos fusiles AK-47, una pistola escuadra calibre .40, cartuchos diversos y alrededor de 27 kilos de mariguana. Ordenó que trasladaran a los detenidos al cuartel de la Operación Conjunta, y antes de que se los llevaran les preguntó de quiénes eran tres vehículos estacionados afuera del inmueble. Respondieron que de ellos. Tras revisarlos, también se los llevaron a la guarnición.

Un testigo, Guillermo Andrés Moreno, declaró ante el juez que no vio que los soldados sacaran droga; más bien, dijo, salieron de esa vecindad con un televisor, un ventilador, despensa y ropa que echaron en el camión.

Tocó al capitán Eusebio Huerta Miranda entregar a los detenidos en el cuartel; los recibió el capitán Heriberto Godínez Sánchez, en su calidad de subjefe del Estado Mayor de la Operación Conjunta Chihuahua, la cual estaba al mando del general de brigada Felipe de Jesús Espitia Hernández.

Los detenidos que ingresaron al cuartel –y de quienes quedó registro– fueron Juan Arturo Padilla Juárez, Juan Pablo Castillo López, Guillermo Andrés Moreno, Jorge Alberto Martínez, Mario Amaya y Saúl Becerra Reyes.

Todos “fueron trasladados aquí a la Operación Conjunta, entregados según me dio parte el capitán Huerta, que se los había entregado a un tal capitán Godínez y todo esto en razón de que así se había ordenado, pues todos los aseguramientos de personas, drogas o armamento eran concentrados al puesto de mando para su posterior puesta a disposición”, declaró Magaña.

El Quinto Batallón de Policía Militar operó en Ciudad Juárez durante octubre y noviembre de 2008 y regresó a su base en Santa Lucía los primeros días de diciembre. Fue una de las unidades que participaron en la Operación Conjunta Chihuahua, la cual involucró a más de dos mil 500 militares y acumuló más de mil 300 quejas por violaciones a los derechos humanos, según registros periodísticos.

El general “intocable”

El general Felipe de Jesús Espitia Hernández, excomandante de la Operación Conjunta Chihuahua, se resistió durante varios meses hasta que, en enero de 2016, se presentó con un amparo para no declarar ante el Juzgado Octavo de Distrito del Reclusorio Sur, que vía exhorto lleva las diligencias contra los 18 militares del Quinto Batallón de Policía Militar procesados por el caso de Saúl Becerra Reyes ante el juez Sexto de Distrito en Chihuahua.

Tuvieron que pasar varios meses para que de nuevo fuera citado a declarar, y lo hizo el pasado 7 de julio, ahora ante un juzgado castrense en el Campo Militar Número Uno de la Ciudad de México, que mediante exhorto desahogó la diligencia donde estuvieron presentes los seis oficiales y 12 elementos de tropa implicados en la desaparición y homicidio de Becerra Reyes.

Espitia pasó a retiro en enero de 2016, aunque hasta septiembre último seguía apareciendo en el organigrama de la Secretaría de la Defensa como coordinador de asesores de la dirección del Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas. Fue señalado por sus subordinados como quien ordenaba revisiones de vehículos sobre las vías de comunicación, acordonamiento de calles, cateos a domicilios y detención de personas sin los requisitos de ley, entre otras irregularidades.

Fue considerado también uno de los principales responsables, en la cadena de mando, de todo lo que ocurrió en el terreno durante los meses en que el Ejército aplicó el operativo que dejó una estela de denuncias por violaciones a los derechos humanos, asesinatos y desapariciones de civiles (Proceso 1967).

Poco antes de las 11:00 horas del pasado 7 de julio, Espitia llegó vestido de civil al juzgado militar. Ahí lo esperaban sus antiguos subordinados encabezados por el coronel Magaña Barrios, el mayor Juárez Rojas y el capitán Huerta Miranda. En el interrogatorio sobre su papel en la Operación Conjunta negó muchas cosas. Primero dijo que era el coordinador y después aceptó que él era el comandante, pues tenía también a su cargo la Quinta Zona Militar, con sede en la capital del estado.

Según testigos militares que pidieron a este semanario la reserva de sus nombres, Espitia fue cuestionado sobre los reglamentos militares, le recordaron que él ordenó que a todo civil que fuera detenido lo trasladaran al puesto de mando y que ahí su gente se haría cargo de todo.

Sobre el destino de Saúl Becerra Reyes, dijo que no sabía nada pues supuestamente no le habían informado de ese caso. Hubo un momento durante su comparecencia, que terminó alrededor de las 16:00 horas, en que el general empezó a notarse nervioso, ya sin el aire de arrogancia que, señalan, lo caracteriza.

Tanto Magaña como Huerta le señalaron que mentía. Por sus atribuciones, Espitia era el primero en estar informado de todo lo que ocurría con los detenidos, especialmente con aquellos que llegaban al puesto de mando a su cargo.

Tanto Magaña como Juárez Rojas y Huerta Miranda han alegado que sólo cumplieron órdenes. Ninguno acepta haber participado en los interrogatorios a detenidos, que se realizaban dentro de la guarnición militar donde operó el equipo del general Espitia.

Uno de los integrantes de ese equipo era el capitán Heriberto Godínez Sánchez, a quien le entregaron con vida a Saúl Becerra y uno de los primeros que declaró en el juicio, donde, muy nervioso, negó los señalamientos que le hicieron sobre su papel en el puesto de mando. Evadió preguntas, siempre dijo que no se acordaba y que no sabía nada, recuerda uno de los militares procesados, quien respondió un cuestionario hecho llegar por el reportero mediante los abogados del militar.

Cada uno de los 18 acusados ha negado por diferentes vías en estos últimos años tener responsabilidad en la desaparición y homicidio de Saúl Becerra. Los alegatos se han centrado en las evasivas de Espitia para asumir la responsabilidad que tuvo como comandante de la Operación Conjunta, y que sigue sin aclarar en un juicio que no se ha cerrado.





Fuente: Proceso
Autor: Juan Veledíaz
http://www.proceso.com.mx/468757/desaparicion-forzada-uno-los-saldos-perversos-la-operacion-chihuahua

La Tarahumara: historias de vejaciones e impunidad

Irineo dio la vida en busca de condiciones más dignas para el pueblo rarámuri. Pero este sacrificio evidencia la debilidad del Estado, la cual obliga a que surjan liderazgos semejantes; muestra las condiciones de pobreza existentes entre los indígenas, que sobreviven en la desesperación; patentiza el poder del narcotráfico, que decide vida y muerte de comunidades enteras, y confirma la desconexión que existe entre el gobierno y las necesidades reales de los habitantes de la Sierra Tarahumara.

CHIHUAHUA, Chih.- Sentada frente a la mirada profunda de indígenas rarámuris de Guadalupe y Calvo –el corazón del Triángulo Dorado, localizado al sur de la Sierra Tarahumara–, la monja Silvia Rodríguez recuerda con lágrimas a Irineo Meza Solís, un joven líder indígena asesinado hace un par de años.

Poco tiempo después del homicidio la propia religiosa fue amenazada. Pero ella se concentra en el muchacho. “La gente tiene que conocer su historia, su valentía y la lucha por su cultura, por su pueblo. Él sabía que lo iban a matar y decidió seguir luchando con su gente. Escribió una carta a su hija, en la que decía cómo le gustaría que la educaran”, dice Rodríguez.

Irineo, de 23 años, fue asesinado el 5 de diciembre de 2014 junto con otros dos líderes indígenas de Choreachi, pueblo que mantiene una larga lucha jurídica contra la tala clandestina y por el reconocimiento de su territorio. Familias de esa localidad consiguieron que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dictara medidas cautelares a su favor a raíz de una ola de homicidios perpetrados entre 2012 y 2013.

Meza era de la comunidad de Correcoyote. En reuniones entre pueblos conoció la problemática de sus vecinos y decidió sumarse a sus exigencias. Los acompañaba a presentar denuncias, principalmente ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH).

Entre los profundos peñascos de la zona serrana, cerca de Coloradas de los Chávez (del mismo municipio de Guadalupe y Calvo), él y sus compañeros fueron emboscados cuando se dirigían a Choreachi tras realizar algunas diligencias.

“Él trabajó con la gente de Choreachi; iban a la Semarnat, a la CEDH… Se iba, se desaparecía. Así son ellos, los indígenas. Se conocen, tienen sus reuniones y se solidarizan. Comenzó a apoyar, a hablar con la gente de Choreachi, que defendía su bosque. Como Semarnat no les hizo caso, encontraron la manera de ir más arriba, apoyados por la CEDH”, recuerda Rodríguez, quien a veces lo llevaba en su camioneta.

Aquel 5 de diciembre le llamó la gente de Choreachi. “Los venadearon en el camino a Barbechitos, a punto de agarrar el camino a Coloradas de los Chávez”, cuenta la monja.

En entrevista, ella recuerda que Irineo “dejó una carta a su esposa: ‘Nunca te vayas a casar con un chabochi (mestizo)’. Le pidió que viviera sus tradiciones rarámuris, sus costumbres. ‘Si te casas, nunca le digas a nuestro hijo que tu nuevo marido es su papá, su papá soy yo’. Cuando a él lo mataron, su esposa ya estaba embarazada. Eso es lo grandioso de Irineo, que sabía que eso que estaba haciendo le iba a costar la vida, y aun así lo hizo por su gente”.

La gente que el joven defendió sobrevive en un territorio dominado por el crimen organizado. Históricamente es una tierra donde se siembra amapola, pero desde hace unos cinco años los grupos delictivos no sólo se disputan la droga, sino los terrenos mismos y a los propios indígenas.

Escisiones del Cártel de Sinaloa dominan la zona. Una parte es controlada por Héctor El Pinto Román Angulo, quien presuntamente suplió a Juan José Esparragoza Moreno El Azul. Otra es dominada por Mario Eleno Félix Corral El Cepillo. Guadalupe y Calvo es territorio, en parte, de Noé El Flaco Salgueiro, aprehendido el sexenio pasado pero quien supuestamente sigue operando a través de sus hermanos y sobrinos.

Líder callado

Rodríguez conoció a Irineo en 2009, cuando ella llegó a Correcoyote, donde se encuentra la comunidad de Guasachique. “Íbamos a invitarlos a estudiar y visitábamos su casa. Él desconfiaba de la gente. Sus hermanos habían terminado la secundaria, pero se escondían. Los invitábamos a estudiar la prepa. Son cinco hombres y tres mujeres”.

Las religiosas buscan líderes en las comunidades para que organicen a sus compañeros de acuerdo con sus usos y costumbres.

“Por Irineo se abrió otro grupo. Irineo ya había estudiado dos años de prepa. Todo el día se ocupaba. De lunes a viernes estudiaba y caminaba unas ocho o nueve horas para llegar a Turuachi, donde asistía a la escuela. Su directora y maestra lo impulsaron mucho. Ellas tienen un modo de enseñarles a los indígenas cuánto valen, sus derechos, cómo conservar sus costumbres”, platica.

Esa formación lo llevó a tomar conciencia de los proyectos mineros que estaban en puerta alrededor de su comunidad.

“Marcaron con rojo los cerros y empezaron a hablar de minas. Como los chabochis no les hicieron caso empezó a moverse con otros compañeros, con el comisario, fueron platicando en reuniones. Irineo ya se había dado a conocer en el pueblo y lo eligieron de comisario por unanimidad. Al hermano mayor lo nombraron gobernador. Hizo equipo, se sentía respaldado y agarró mucha seguridad en las reuniones. A nosotros sólo nos pedía consejo”, reconstruye la religiosa. En Correcoyote viven alrededor de 500 personas y 90% son indígenas.

“Cuando llegaba la gente de la mina le pedían permiso por carta, pero él dijo que aunque le llegaran muchas cartas de fuera, ellos no entrarían. Y no entraron. Llegaban muchos hombres en camionetas amarillas, ingenieros. Pero los indígenas estaban organizados. Sacaron una revista que decía cómo eran las minas, los derrumbes, que los más afectados serían ellos, cambiarían su pueblo. Platicaban y platicaban en sus reuniones.”

Tras ser nombrado comisario, Irineo se casó con una joven de Guasachique.

“Vivió lo que tenía que vivir. Cuando fue comisario quiso rescatar la justicia propia de su pueblo. Irineo está haciendo lo que él se propuso.”

En la comunidad hubo cambios y llegaban mestizos de fuera a buscarlo, pero él no quería hablar con los chabochis porque decía que los rarámuris tenían que arreglarse sólo entre ellos, ser autónomos.

“Él les decía: ‘¿Por qué quieren que vivamos como ellos? Es nuestro modo de vivir. Si no quiero ponerle piso a mi casa, si no quiero una casa como ellos, no tienen por qué decirnos que por qué no arreglamos nuestra casa’. Lo seguían sus amigos y hermanos, puros jóvenes que se sintieron seguros y respaldados, él les hablaba claro”, abunda Rodríguez.

El joven luchó para que ni los niños ni los adolescentes se fueran a trabajar en la siembra de droga, porque era como convertirse en esclavos.

“Allá tienen tienda de raya, donde les fían, pero cuando van a cobrar casi quedan debiendo. Irineo se resistía a ir a trabajar allá. Él cortaba leña, era agricultor, lo que él podía.”

Y es que en aquella región, los niños (desde los 11 o 12 años) son reclutados para el cultivo de amapola y mariguana, o para el sicariato. “Desde chicos, sus manitas están ya callosas o cortaditas”.

El anhelo

A la exigencia de justicia que la monja clama por el homicidio de Irineo, se sumó el empeño en rescatar a un niño de 10 años de manos de los sicarios.

Carlitos –nombre ficticio– se quedó solo cuando su padre fue acusado de homicidio en una riña y su madre lo abandonó, porque volvió a casarse y fundó otra familia.

El niño andaba solo por la comunidad. Silvia Rodríguez decidió hacerse cargo de él y buscar a su papá en el penal donde se encuentra:

“Localicé a su padre por teléfono. Hablé con él. Y fui a buscar, como se pudiera, a la que lo parió. Encontramos a su mamá y el niño me agarró confianza.”

El papá del niño le pidió a la religiosa que se hiciera cargo de él y le dio las facultades legales para llevarlo a un albergue. Así lo hizo.

“Irineo hablaba con este niño, como con los otros, buscando cómo rescatarlos. Todo mundo lo seguía”, refiere Rodríguez.

Lo más triste, recuerda, era cuando los menores se iban a trabajar a los cultivos ilegales y la comunidad permanecía varios días sin saber de ellos ni de los adultos. Cuando regresaban, volvían sin nada y enfermos.

“Eran muchos niños, duraban allá días y simplemente no iban a la escuela. Viven en cuevas mientras siembran. Los papás los dejan ir, pero generalmente ni les piden permiso. Es miedo, porque los narcos presionan y amenazan.”

Cuando Irineo murió, el miedo paralizó a su pueblo. “Pero él dejó cosas sembradas: entre ellos siguen unidos. Les dejó la raíz, porque recorrió todos sus pueblos, los dejó cohesionados”.

Hoy, Carlitos vive en un albergue, acompañado de otros niños. La hermana Silvia ha estado pendiente de él y sólo espera que el papá sea liberado para que por fin se reúnan.

“Nunca estamos solos. Como Irineo hay muchos en la sierra, pero pocos con la actitud de ir hasta las últimas consecuencias. El obispo que antes estaba decía que no podíamos meternos en esos temas, pero es imposible.”

La amenaza

Justo después de que llevó a Carlitos al albergue, la hermana Rodríguez salió de misión al extranjero. Estaría fuera sólo dos meses… pero ya no pudo volver.

“Llegó un escrito a la casa de mi comunidad, en Guadalupe y Calvo. Escrito con letra de indígena pero con palabras de mestizos. Era un anónimo en julio de 2015 y que decía: ‘Si te sigues metiendo en lo que no te toca, te va a costar muy caro, te lo advertimos’”, relata.

Sólo cuando regresó a México le dieron a conocer el mensaje devastador. Su congregación dejó en sus manos la decisión. Su primera reacción fue avisar que regresaría a la Tarahumara, pero tras hablar con su mamá decidió no ponerse en riesgo, ni ella ni a los suyos.

La crisis de inseguridad en la Tarahumara ha obligado a por lo menos tres sacerdotes a huir de los municipios de Batopilas, Chínipas y Guadalupe y Calvo.

El vicario de la Diócesis de la Tarahumara, Héctor Fernando Martínez, confirma que la situación en la sierra es delicada, principalmente para los indígenas. Y cuenta que presbíteros que laboraban en comunidades de Batopilas y Chínipas intentaron apoyar dos casos de víctimas de violencia y se colocaron en situación de riesgo.

Admite que ni el Estado ni la Iglesia tienen una estructura para atender a las personas desplazadas: “La Iglesia tiene la esperanza de que la cultura indígena pueda resistir el embate del narcotráfico, de los megaproyectos turísticos, pero el costo de ello sí será devastación y transformación cultural. El narco pasó de la clandestinidad a una expresión de dominio y coacción”.

Martínez indica que el grado de vulnerabilidad de las etnias es muy grande, principalmente entre los jóvenes. “Se perdió la transición de padre a hijo. Ahora les ofrecen dinero, mota, poder. Rompieron el tejido familiar, que es muy difícil de recuperar. Los niños no han encontrado sentido en la comunidad. Por ejemplo, casi todos los niños (indígenas) huérfanos terminan en albergues, y son niños chiquitos”.

El sacerdote refiere que los proyectos comerciales que se realizan en la sierra (como el aeropuerto, el gasoducto que atraviesa la región y los desarrollos mineros) han atentado contra el territorio indígena porque han destruido plantas medicinales, aguajes, los bosques, veredas y sus viviendas en algunos casos.

El coordinador del Programa Institucional de Atención a Lenguas y Literatura Indígenas de la Secretaría de Cultura, Enrique Servín, expresa que los gobiernos están empeñados en emprender proyectos neoliberales sin incluir o recibir consejo de pueblos originarios.

“El neosistema debe dejar de invertir y de proteger al sector empresarial, y avanzar en la autonomía que hoy no existe en el país. Debe ejercer el control de los propios recursos naturales, porque una sociedad que no maneja sus recursos está sometida”, advierte el lingüista.





Fuente: Proceso
Autora: Patricia Mayorga
http://www.proceso.com.mx/468756/la-tarahumara-historias-vejaciones-e-impunidad