Una brecha de 4 metros de ancho, transitable para autos compactos, aledaña a una zona habitacional de interés social, a espaldas del nuevo recinto portuario y con un acceso privilegiado a la autopista Veracruz-Xalapa es el camino que lleva hasta la fosa más grande del país.
“Es imposible que nadie se haya dado cuenta de lo que sucedía aquí, de la entrada y salida de vehículos. Si eso no es con complicidad de la autoridad, pues no entiendo de que otra manera se pudo hacer algo así”, dijo el fiscal de Veracruz, Jorge Winckler Ortiz, quien después de sus primeros 100 días al frente de la institución puso un pie en el predio Colinas de Santa Fe, descubierto en agosto de 2016.