"Has tenido que enterrar colegas, ver a otros compañeros salir del país, pero cuando te toca a ti entras en pánico", asegura el reportero Noé Zavaleta, uno de los cientos de amenazados en México, el tercer lugar más peligroso del mundo para los periodistas.
Marzo fue un mes negro para el periodismo en México. Tres reporteros fueron asesinados y un cuarto sigue hospitalizado tras ser baleado. Un diario regional cerró denunciando la falta de seguridad para ejercer un "periodismo crítico".