Las autoridades mexicanas detuvieron al presunto responsable de haber asesinado hace más de seis años a un agente de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, cuya muerte puso en evidencia una fallida operación de rastreo de tráfico de armas por parte del gobierno estadounidense.
Heraclio Osorio Arellanes era uno de dos hombres que estaban fugitivos por el asesinato de Brian Terry, de 40 años de edad, ocurrido en diciembre de 2010. Su muerte expuso la existencia de la operación encubierta “Fast and Furious” (Rápido y Furioso), según la cual agentes del Departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos (ATF por sus siglas en inglés) permitieron que organizaciones criminales compraran armas en Estados Unidos, con la intención de rastrear sus operaciones.