El expresidente panista Felipe Calderón no se resigna a alejarse del poder pese a su sexenio de corrupción y muerte. Obsesionado con la idea de que su esposa tiene que ser la presidenta de la República en 2018, se autohabilitó como pendenciero manager de ella. Ahora sus muertos son distintos: los actores políticos, de su partido y de otros, a los que aplasta, a los que chantajea y humilla…
Con un activismo cada vez más desafiante y pendenciero e “instalado en la ruta del rencor”, como definió Juan Molinar Horcasitas la conducta de Felipe Calderón, el exmandatario presiona al Partido Acción Nacional (PAN) para materializar su objetivo personal: Que desde ahora su esposa, Margarita Zavala, sea la candidata a la Presidencia de la República.