Alberto Silva Ramos, exvocero de Javier Duarte y uno de sus brazos en la red de funcionarios que autorizaron la entrega de contratos a la red de empresas fantasma de Veracruz, desvió —nada más en diciembre de 2014— 245 millones de pesos del estado para la supuesta difusión de la actividad gubernamental.
Ese año, Silva y Antonio Tarek Abdalá Saad, actualmente diputados federales, facilitaron el mecanismo para defraudar la hacienda pública de Veracruz, pues se le pagó a empresas fachada y la difusión nunca ocurrió.
Además, para desviar los recursos del erario Silva Ramos utilizó el presupuesto de 11 dependencias de la administración estatal que facturaron en ese mes, y en algunos casos con apenas unas horas de diferencia, 245 millones de pesos por la “difusión de las actividades del gobierno del estado”.