Nadie acepta la delirante propuesta del presidente estadunidense de levantar un muro a lo largo de los más de 3 mil kilómetros de frontera entre Estados Unidos y México. Ahora son los propios ambientalistas de aquel país quienes dan sus razones para rechazar esa aberración: miles de especies de animales quedarán en riesgo de extinción al impedírseles migrar a sus zonas de reproducción. Y uno va más allá: “Es una idea absurda –dice–. No es más que un negocio de Trump”.
Desde la cima del Emory Peak, el punto más alto del Parque National Big Bend, en el suroeste de Texas, puede apreciarse lo que algunos describen como el ecosistema más grande y diverso de América del Norte.