Para nadie es noticia que México es uno de los países más violentos del mundo, y que la estrategia de seguridad militarizada que inició Felipe Calderón ha provocado la muerte a más de 150,000 personas asesinadas, 300,000 desplazadas y cerca de 30,000 desaparecidas.
Es una cifra mayor a la de países que viven o padecieron conflictos considerados en su momento como históricamente sangrientos.