Las empresas emergentes conocidas como startups han sido motivo de noticia por operar con costos mínimos y obtener ganancias exponenciales, por cómo han modificado actividades diarias o porque el ambiente en sus oficinas centrales es excelente y colorido.
Uber y Airbnb son dos ejemplos de empresas que han llegado a revolucionar el mercado al ser sólo una plataforma tecnológica, pero en el éxito y en los millones de dólares ganados, han abierto el debate sobre los derechos laborales que merecen quienes realmente operan esos servicios.