La cocaína se cultiva principalmente en América del Sur y se trafica con el mercado más grande del mundo, Estados Unidos, a través de Centroamérica y el Caribe. Las rutas terrestres se originan principalmente en Colombia, y pasan por las pequeñas naciones de El Salvador, Honduras y Guatemala antes de atravesar México, explicó un artículo de la revista “The Economist”.
Por eso no es de extrañar que América Latina siga siendo la región más violenta del mundo que no esté en guerra. Según datos del Instituto Igarapé, un grupo brasileño de estudios sociales, 43 de las 50 ciudades con más asesinatos del mundo el año pasado y ocho de los diez primeros países se encuentran en América Latina y el Caribe. Los conflictos entre pandillas, la corrupción y las instituciones públicas débiles contribuyen a los altos niveles de violencia en toda la región.