El PRI enfrenta la probabilidad de perder una tercera elección presidencial. Luego de dos sexenios de ser oposición: en 2012 recuperó la Presidencia de la República de la mano de Gobernadores como el chihuahuense César Duarte Jáquez y el veracruzano Javier Duarte de Ochoa, que impulsaron a un entonces ampliamente conocido titular del Ejecutivo en el Estado de México, Enrique Peña Nieto.
Cinco años y 24 procesos electorales después, sin embargo, el PRI enfrenta un entorno “complicado” por los escándalos de corrupción de esos mismos gobernadores –el primero prófugo; el segundo detenido– y la baja popularidad del Presidente Peña Nieto, en picada desde la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y la revelación de que su familia adquirió una residencia de parte de uno de sus principales contratistas.