Juan de Dios Mondragón Bustamante viajó de aventón desde Huichapan, Hidalgo, para ayudar en el rescate de las víctimas atrapadas en el edificio de Álvaro Obregón 286 en la colonia Roma Norte.
Lo hizo por “amor al prójimo” y por servir a su país. Su argumento es simple: si los japoneses y los israelíes vinieron a México a ayudar, él que vive a dos horas de distancia de la capital del país no podía quedarse atrás.