El Gobierno del Perú lanzó en octubre del año pasado la Ley de Muerte Civil, que inhabilita a los funcionarios públicos que cometen actos de corrupción, ya sea de cinco a 20 años, o de manera perpetua si forman parte de un grupo criminal o desviaron recursos de programas sociales.
La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) de la Ciudad de México urgió a los legisladores federales y estatales a emitir una similar que pudiera llamarse “Muerte Política” dirigida a aquellos corruptos del sistema político mexicano sentenciados.