Inútil el que ha liderado un equipo en una institución como la Procuraduría General de la República durante un año y no logró que le emitieran órdenes de aprehensión contra los narcotraficantes al frente del cártel de Sinaloa, de Jalisco Nueva Generación, o de los Arellano Félix.
Fracaso quien tampoco pudo reducir el nivel de impunidad en los homicidios producto del crimen organizado, en su mayoría, o fortalecer el combate al narcomenudeo; investigar la distribución de armas en el País, acabar con el lavado de dinero, o resolver casos de violencia de alto impacto como los ocurridos en Ayotzinapa, o detener a los asesinos de periodistas, donde el 96 por ciento de los casos permanece en la impunidad.