La inversión millonaria de 167 millones de pesos para operar el Centro de Atención a la Salud Mental (CAISM), ubicado en el suroriente de Ciudad Juárez, Chihuahua, no ha sido suficiente para echar andar al 100% esta clínica que desde sus inicios fue pensada para dar atención especializada a todas aquellas personas que han sufrido secuelas por la violencia registrada en este municipio fronterizo con Estados Unidos.
A siete años de su construcción y a tres de su inauguración, el centro sólo funciona para consultas externas y las actuales autoridades argumentan que “sale carísimo” ponerlo a funcionar como centro de cirugía y psiquiatría, área de hospitalización, área de urgencias y atención para las adicciones, como originalmente fue concebido.