El 2017 será recordado como el año en que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) entró a la zona metropolitana de Puebla para tomar el control del robo de combustible y el asalto a trenes, delitos que han resultado altamente redituables para el crimen organizado.
Según el reporte de octubre del 2017 de la Agencia de Administración para el Control de Drogas en los Estados Unidos, (DEA, por sus siglas en inglés), el CJNG le arrebató a Los Zetas el territorio poblano.