La policía del estado mexicano de Veracruz creó unidades que emplearon tácticas de guerra sucia para secuestrar, matar y hacer desaparecer en su mayoría de jóvenes, sospechosos de ser informantes y “mulas” de los cárteles del narco. La policía en sus patrullas recogía a los jóvenes, pero no registraba los arrestos. Los entregaba a escuadrones especializados en interrogatorios y torturas. Estas detenciones se perpetraban descaradamente en ámbitos urbanos, un modus operandi que no se había visto ni en Guerrero, lugar conocido por secuestros perpetrados por elementos de la policía federal cuando perseguían a rebeldes izquierdistas en las montañas del estado entre los años 1960 y 1970.
La policía del estado mexicano de Veracruz, infestado de corrupción, creó unidades que empleó tácticas de guerra sucia para secuestrar, matar y hacer desaparecer a por lo menos 15 personas, en su mayoría jóvenes, sospechosas de ser informantes y “mulas” de los cárteles del narco, de acuerdo con acusaciones presentadas por la procuraduría estatal.
Las denuncias presentadas la semana pasada contra exjefes de la policía de Veracruz muestran todas las señales de las violaciones de derechos humanos de las tristemente célebres campañas contra las guerrillas en los años de 1960 y 1970.