Luego del asesinato de dos presuntos narcomenudistas en instalaciones de Ciudad Universitaria, el 23 de febrero, integrantes del cuerpo de vigilancia de la UNAM revelan a Proceso que están “atemorizados” y bajo la “amenaza” de los criminales que ellos han detenido, pero que la autoridad libera. Sobre los recientes hechos violentos en el campus, integrantes de la comunidad universitaria coinciden en la necesidad de un programa integral en materia de seguridad, porque desde 1985, cuando se creó una comisión especial contra la delincuencia en la máxima casa de estudios, las medidas aplicadas sólo han sido reactivas.
El homicidio de dos personas por arma de fuego en instalaciones de Ciudad Universitaria, el pasado 23 de febrero, durante una riña entre presuntos narcomenudistas, desnudó lo vulnerables que son alumnos, profesores, investigadores e, incluso, el personal de vigilancia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Integrantes de la comunidad universitaria, consultados por Proceso, coinciden en que la máxima casa de estudios del país carece de una política integral en materia de seguridad, pese a que sus esfuerzos formales por combatir hechos delictivos en su interior datan de 1985, cuando se creó una Comisión Especial de Seguridad en el seno de su Consejo Universitario (máximo órgano de autoridad colegiada), así como subcomisiones en la materia en cada una de sus facultades, escuelas e institutos.