Sandra Soto Azúa vive en la Ciudad de México. Toma un vuelo con destino a Coahuila. En su manos carga una pequeña maleta con un cambio de ropa, documentos legales, un poco de incertidumbre, deseo de esperanza y empeño.
La abogada civil acudió a su estado natal para estar presente en una fecha crucial dentro del proceso contra el hombre señalado de matar a su hermana.
Justo en el Día Internacional de la Mujer ya había vencido el plazo para que la Fiscalía General de Coahuila presentara la acusación formal contra Jorge Alejandro, imputado por el feminicidio de su prometida Serymar.