Esperanza Kazuga, consejera de Voces Unidas por el Agua, lamentó que ante las condiciones de inseguridad es escasa la vigilancia en las minas, sobre sus procedimientos en el manejo de residuos, por lo que los riesgos son latentes no sólo para la actividad agrícola, sino para la pesca e incluso el consumo humano. La mina La Cieneguita, que pertenece a la Minera Río Tinto, extrae oro y plata, una industria que en sus procedimientos utiliza metales pesados para la obtención y purificación de los minerales. Aunque la violencia en la región minera es un problema de años atrás, fue en el 2017 cuando las pugnas entre delincuentes detonaron el desplazamiento forzado de casi veinte comunidades y el cierre masivo de empresas mineras, cuyos dueños eran extorsionados.
La organización civil Voces Unidas por el Agua, conformada por académicos y empresarios, advirtieron que los derrames de jales mineros ponen en peligro la actividad agrícola en los valles de Sinaloa, debido a que una gran cantidad de minas se ubican sobre la parte alta de las cuencas y sus residuos pueden terminar en presas y ríos que desembocan en esta entidad.