Rosa nació en San Fernando, Tamaulipas, una población “que era bien tranquila, libre, con agricultura, pesca, ganadería, una ciudad bonita, con la playa y el golfo de México pegado”, recordó la entrevistada. Y fue así, “hasta que en 2010 empezó la guerra, y comenzaron a matar gente y a llevársela”.
En esta guerra, librada entre grupos del crimen organizado, así como con las fuerzas de Seguridad Pública, Rosa perdió a su madre, a su padre, a un hermano, a su esposo. A su hija se la llevaron, por la fuerza, y desde entonces la busca.