Fue prioritario promover cambios y romper con modelos obsoletos. Ante el complejo escenario económico que enfrentaba el país fue necesario impulsar la reforma hacendaria y aumentar el precio de la gasolina. Sostiene que un gobierno nunca parte de cero y el legado para la próxima administración será mantener lo positivo y modificar lo que no da resultados.
Ante una eventual persecución por cargos de corrupción una vez que deje la Presidencia, Enrique Peña Nieto se manifiesta tranquilo sobre su futuro, porque se ha conducido apegado a la ley. Advierte que si alguien en su administración actuó ilegalmente o fuera de la ética, tendrá que afrontar sus propias responsabilidades.
Sobre los proyectos de gobierno anunciados por Andrés Manuel López Obrador, dice desconocer la existencia de diferencias profundas con los impulsados en su sexenio, “más allá del tema educativo, de la retórica y algunas cosas de estilo’’.