Es cuestión de tiempo y las manecillas del reloj caminan en contra del millonario líder del sindicato petrolero, Carlos Romero Deschamps, quien se ha convertido en símbolo emblemático de la corrupción del sistema político priista y de la descomposición de Petróleos Mexicanos de la que se ha servido para sus intereses particulares desde 1996.
Romero Deschamps es el representante de la sección 35 del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) que abarca Azcapotzalco, en la Ciudad de México, y Tula de Allende, Hidalgo, entidad donde ocurrió la tragedia del incendio de Tlahuelilpan el viernes pasado.