De todas las confianzas de Calderón, García Luna siempre fue una figura truculenta y misteriosa para el gobierno de Estados Unidos, el que durante todo el sexenio optó por mantenerse al margen y evitó hacer comentarios sobre los cientos de reportes que tiene de los posibles lazos del extitular de la SSP con el crimen organizado.
“Los servicios de inteligencia tienen una abultada recopilación de informes recabados en México y en Estados Unidos, que señalan los posibles nexos de García Luna con miembros del narcotráfico. Por ejemplo con los Beltrán Leyva, con Los Zetas y el Cártel del Golfo. Alguna de esta información data desde el sexenio de Fox”, declara a Proceso un agente de la agencia antidrogas estadunidense (DEA) que mantuvo irrestricta la condición del anonimato.