México vive una crisis ambiental que es urgente atender. Pero en 2019 no fue suficiente el llamado que realizaron científicos, organizaciones ambientalistas e, incluso, funcionarios para que se tomaran medidas y se destinaran los recursos necesarios para frenar el avance de la deforestación, evitar la pérdida de especies y atender la contaminación de ríos, lagunas y mares.
En octubre pasado, incluso, el mismo titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Víctor Toledo, señaló que era necesario declarar una “emergencia ambiental” en el país. Sus palabras, hasta ahora, no han encontrado eco suficiente para que el gobierno federal considere el tema como prioritario. Y la mejor muestra de ello es la disminución en el presupuesto para ambiente, mientras se sigue impulsando la energía basada en combustibles fósiles.