El asesinato del juez federal, Uriel Villegas Ortiz, y de su esposa, debe analizarse en toda su amplitud para determinar si está vinculado o no a su labor profesional pues, en la medida en la que los jueces son intimidados puede paralizarse todo el aparato de justicia, advirtió Alejandro Hope, analista de Seguridad.
De acuerdo con el analista, la intimidación a los jueces dificulta el ejercicio de la justicia y también abre la puerta a la corrupción.