Cuando inició la pandemia de COVID-19 en el país, el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN (Cinvestav) recibió a médicos del ISSSTE que trataron a los primeros enfermos para detectar con pruebas serológicas si habían sido contagiados.
Lo pudieron hacer gracias a la existencia de su laboratorio en bioseguridad instalado desde 2010 dedicado a la investigación en genética y secuenciación. Sus especialistas tienen el mismo nivel que el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE), la institución referente y que dictó las directrices en esta materia.