A la manera del empresario y exprimer ministro italiano Silvio Berlusconi, el gobernador bajacaliforniano, Jaime Bonilla, utiliza todo su poder empresarial para sacar adelante sus iniciativas. Una de ellas, la llamada “ley gandalla”, pretende que los servidores públicos hagan campaña de reelección sin dejar sus puestos; la otra, reducir a tres años el periodo del siguiente gobernador. La alcaldesa de Tecate, Zulema Adams, osó oponerse a esos designios y ahora sufre una andanada de acusaciones desde PSN, el grupo de medios del mandatario local.
Utilizando concesiones del Estado mexicano, el mandatario desacreditó a la presidenta municipal de Tecate, Olga Zulema Adams Pereyra, quien lo denunció ante la Fiscalía General de la República (FGR) por amenazas de muerte, así como ante el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, por presionarla para que respalde la propuesta de reducir de seis a tres años el periodo de la próxima gubernatura.
