Tan precaria es su economía personal que Jeannette (nombre ficticio), una fotoperiodista de un diario de la Ciudad de México, ha encontrado un respiro en un bazar al que acudirá la primera semana de septiembre a vender postres para sacar algo de dinero extra. Hace cuatro meses que su empresa decidió recortar en 30% el sueldo de todos los trabajadores, parejo, desde los jefes hasta los empleados que menos ganan, como ella, que tenía un ingreso mensual de 9 mil 500 pesos.
Con un tercio menos de su salario, Jeannette aún debe descontar forzosamente otros 4 mil pesos mensuales para pagar la renta del departamento que comparte con un roomate en la colonia Doctores de la Ciudad de México. ¿Y cómo hace una profesionista de 27 años, con una carrera universitaria, para vivir con 2 mil pesos mensuales libres?