Al Presidente Andrés Manuel López Obrador le bastaron unos minutos para reducir a “otra transa” a “Playa Espíritu”, el proyecto que Felipe Calderón Hinojosa presentó en 2009 como detonador histórico del turismo mexicano. A cargo del Fonatur, el complejo no logró vender ninguno de sus cinco mil lotes. Lo que sí generó, en una década, fue una lluvia de millones de pesos que benefició a un centenar de empresas a pesar de las advertencias de que el plan no daba para más.
En 2009, Felipe Calderón Hinojosa le puso la primera piedra y lo anunció como el proyecto detonador de grandes inversiones que pondrían al turismo mexicano en los primeros sitios. Pero “Playa Espíritu” no generó nada y en cambio, fue fuente de millones de pesos para un centenar de empresas constructoras y de publicidad. Ahora, el Presidente de México Andrés Manuel López Obrador, quiere rifar cada uno de sus cinco mil lotes porque, dijo en una mañanera, están “arrumbados”.
Construir el desarrollo, escogerle el nombre y mantenerlo de pie, no obstante las protestas de grupos ecologistas, costó por lo menos mil 380 millones 748 mil 693 pesos, entre 2009 y 2018, cuando gobernaron Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2018). Una lluvia de dinero que alcanzó a empresas consentidas históricas en las asignaciones, investigadas en su pasado por lavado de dinero, o propiedad de políticos.