Un señor de mediana edad acaba de abrir una lavandería en Plaza Tepeyac, ubicada en el norte de la capital de México. Espera a que lleguen los primeros clientes. Es una mañana de un jueves en pandemia, y por la mente de los pocos transeúntes no pasa la idea de que uno de los locales tiene un adeudo de millones de pesos al erario.
En esa dirección, en la que hay una lavandería, está registrado también el domicilio fiscal de más de nueve empresas ligadas a un matrimonio que trabaja en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), sobre los cuales ya reposa una denuncia en la Secretaría de la Función Pública (SFP) por nepotismo, operación y protección de empresas defraudadoras, extorsión a contribuyentes, cobro de piso a Jefes de Departamento, Jefes de Oficina, Auditores, Revisores, Censores, Ejecutores y Notificadores a su cargo.