Durante la entrevista con la apicultora maya Leydy Pech, galardonada con el premio Goldman por la lucha de su colectivo contra la soya transgénica, megaproyectos y la agroindustria –que han causado deforestación y contaminación del agua–, Monsanto seguía sembrando este monocultivo en la Península de Yucatán porque, a pesar de la suspensión ordenada por la Suprema Corte en 2015, ninguna autoridad ambiental realiza inspecciones ni castigo, dijo la activista ambiental.
La apicultora maya Leydy Pech Martín recibió esta semana el premio Goldman, el galardón ambiental más importante del mundo, otorgado por la Fundación Goldman por el trabajo de más de 25 años del Colectivo de Comunidades Mayas de los Chenes en la defensa del ambiente y del territorio en Hopelchén, Campeche. Han luchado contra la soya transgénica de la trasnacional Monsanto que desde 2012 sigue vulnerando sus derechos indígenas, la imposición de megaproyectos como el Tren Maya y la deforestación por la agroindustria. Además impulsan a la apicultura tradicional golpeada por la crisis climática.