Los festejos del 10 de Mayo incrementaron el número de contagios de coronavirus. Luego vino el Día del Padre y después la reapertura de negocios y la idea de que lo grave de la pandemia ya había pasado. Para noviembre, en Estados Unidos el festejo de Acción de Gracias provocó un rebrote de casos; en México, el discurso ya se perfila a desincentivar los festejos de navidad y año nuevo.
La Navidad y el Año Nuevo están muy lejos de ser las fechas para estar en armonía y en paz con la familia. El año 2020 vino también a modificar eso y las convirtió en un foco rojo de contagios por COVID-19. Al menos por esta ocasión, los llamados no serán a disfrutar de estas fiestas con la familia, sino todo lo contrario: el llamado de las autoridades es a no reunirse en espacios cerrados.
El referente de los efectos de las fiestas de fin de año es Estados Unidos. Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Enfermedades Alérgicas e Infecciosas, alertó que las fiestas de Acción de Gracias –que tuvieron lugar la última semana de noviembre) podrían provocar un “repunte sobre el repunte” porque es normal que en fechas entrañables las medidas de seguridad se relajen.