La catástrofe humanitaria que vive México con una pandemia fuera de control y sus cifras de la muerte: 115 mil fallecidos y 1millón 260 mil contagiados, tienen una explicación fundamental: las mentiras y el consecuente fracaso del epidemiólogo que podrá ser buen científico, pero que es un mal ser humano. Hugo López-Gatell nos ha empujado a una tragedia mayor a la esperada y, hoy por hoy, él mismo está rebasado y exhibido por las circunstancias que ayudó a crear. Ese mote de “El Doctor Muerte” le quedó como anillo al dedo.
Porque no sólo han sido las frivolidades de López-Gatell. Sus desplantes. Sus burlas. Son sonrisitas. Sus altanerías. Su cinismo. Sus absurdos. No. Lo que más daño le hizo a un México que hoy navega sin rumbo en lo sanitario y que está catalogado como el “peor país” para vivir en tiempos de coronavirus, son los embustes y yerros del subsecretario de Salud.