El pasado lunes 7 la publicación en el portal de Proceso de una fotografía de Tomás Zerón de Lucio presuntamente tomada en fechas recientes en Israel colocó de nuevo el tema del espionaje ilegal en el debate público y revivió la exigencia de que la Fiscalía General de la República (FGR) esclarezca cómo el gobierno de Enrique Peña Nieto utilizó tecnologías intrusivas para espiar a periodistas, defensores de derechos humanos y opositores políticos.
La fotografía del oscuro exdirector de la Agencia de Investigación Criminal y de la Comisión Nacional de Seguridad se mueve en el pequeño círculo de la industria de las tecnologías de espionaje de Israel, que en la última década y media aprovechó la sed de espionaje de los gobiernos federal y estatales en México y vendió su material al por mayor, de manera opaca y a veces al borde de la ilegalidad.