Balaceras frecuentes de miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación contra otros grupos criminales, agentes del Estado o inmuebles, mantienen aterrorizada a la población. Cárteles Unidos, que agrupa a otras organizaciones delictivas, trata de impedir la avanzada. Se inauguraron 22 bases de la Guardia Nacional en la entidad, pero no responden a la violencia. En diversos municipios, los pobladores destruyen caminos y carreteras para evitar la presencia de las huestes de Nemesio Oseguera “El Mencho”.
La violencia en el Estado de Michoacán se encuentra en su punto más álgido de los últimos años ante el embate del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en cada vez más municipios. Grupos armados arriban a pueblos y balean edificios públicos como alcaldías, comisarías y escuelas. Además, rafaguean comercios y vehículos estacionados. En algunos casos se enfrentan a los rivales que buscan defender sus plazas, y en otros, atacan a cuerpos policiales o castrenses.
Es la nueva guerra que se vive todos los días en esa entidad, y que llega lo mismo desde Jalisco y Colima, que del propio territorio michoacano, de donde son originarios los más importantes líderes del CJNG que desean apoderarse del control total de los negocios ilícitos en Michoacán, desde el narcotráfico hasta el secuestro, robo de combustible y las extorsiones.