La pandemia por COVID-19 no detuvo la crisis nacional de violencia de género, por el contrario, alimentó la indignación de las mujeres que durante 2020 salieron a las calles a reclamar la ceguera del Estado, quien en lugar de escucharlas ordenó reprimirlas, golpearlas y arrestarlas.
Aunque el 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que su gobierno era distinto porque “el Estado ya no es el principal violador de los Derechos Humanos, durante este año la policía usó la fuerza para detener las protestas de las mujeres.
Así ocurrió con movilizaciones organizadas en la Ciudad de México; en Cancún, en el estado de Quintana Roo; en Ecatepec, en el Estado de México; y en León, en Guanajuato, donde las manifestantes reclamaron la indolencia institucional ante los casos de feminicidio y desapariciones de mujeres.