A poco más de dos años de que Andrés Manuel López Obrador tomó posesión como Presidente de México, el crimen organizado y su expresión más violenta –el narcotráfico– sigue imparable; la mayor parte de las policías municipales están cooptadas por los grupos delictivos y, a lo largo y ancho del país, un total de 19 cárteles controlan los territorios, asesinan, secuestran, cobran derecho de piso con abierta impunidad, pues ninguna autoridad federal ni local ha podido poner freno a este flagelo perturbador.
En total son 20 los estados donde se concentra más de 60 por ciento de la violencia criminal; los territorios más críticos son Guanajuato, Michoacán, Guerrero, Estado de México, Sinaloa, Sonora, Quintana Roo y Baja California.