La semana pasada, más de 500 integrantes de la industria restaurantera de Ciudad de México y el Estado de México exigieron a las autoridades que el sector se considere actividad esencial para poder operar sus establecimientos, que permanecen cerrados desde que la zona decretó semáforo rojo por alto nivel de riesgo el 18 de diciembre.
Restauranteros se rebelaron este lunes ante el cierre para evitar contagios de COVID-19. Algunos decidieron abrir sus puertas, mientras que otros protestaron con cacerolas en el Zócalo de la Ciudad de México.
“Abiertos y juntos sobreviviremos a la pandemia”, reclamaron los restauranteros que se dieron cita frente al Palacio Nacional. Señalaron que sus familias dependen de su trabajo, e hicieron sonar las cacerolas. La semana pasada autoridades de la capital informaron que se mantendría el Semáforo Rojo por el número de hospitalizaciones y contagios.