Es una contradicción. El gobernante emanado del pueblo para el pueblo, está acabando poco a poco con los derechos obtenidos por la ciudadanía en los últimos 30 años.
Andrés Manuel López Obrador, el Presidente de la República, quien se sirvió de las denuncias de corrupción que en el pasado hicieron medios de comunicación y organizaciones de la sociedad civil, ahora reniega de ellos. Quien defendió los derechos humanos de los mexicanos, los tiene cooptados. Y quien tanto arengó contra gobiernos centralistas, encabeza uno encaminado preocupantemente a eso y en grado superlativo.