El despilfarro en el Instituto Nacional Electoral (INE) no para: el órgano autónomo más oneroso sigue derrochando los recursos de México sin que a su consejero presidente, Lorenzo Córdova Vianello, parezca importarle que más de 60 millones de personas sufren pobreza, pues de lo contrario ejercería el erario de forma honesta y austera. Un ejemplo del dispendio es el gasto por más de medio millón que asignó en 2020 para destruir prendas y materiales no utilizados en la elección de 2018.
Se trata de un cargamento de 270 mil piezas nuevas y semi-nuevas (chalecos, mochilas, porta gafetes, impermeables y tablas) que se suelen destinar para el uso de los supervisores electorales (SE) y capacitadores asistentes electorales (CAE) que participan en los procesos federal y locales, pero que hace dos años finalmente no se usaron o se devolvieron. Y que en vez de reutilizarlos en las próximas elecciones de este 2021, simplemente se destruyeron.
El presupuesto total asignado para eliminar el cargamento fue de 549 mil 840 pesos, en correspondencia con la propuesta económica que presentó la empresa recicladora Intertek Tesing Services de México para tal fin. Aquí el tema no es sólo que el INE compró materiales y prendas en exceso en 2018, causando un evidente sobrecosto al presupuesto público, sino que, adicionalmente, pagó por destruirlas en 2020.