Después de 10 años dedicándose al sector funerario, Gustavo Serrano estaba acostumbrado a usar un overol que le cubre todo el cuerpo, guantes, cubrebocas y careta para poder manipular los cadáveres, por eso cuando llegó la pandemia de coronavirus ya tenía claro que el equipo de protección era indispensable. Lo que descubrió después es que quitarse los aditamentos también era fundamental.
“Sí nos poníamos bien el equipo, pero no teníamos bien establecido un protocolo para quitarlo. Con que te quites mal el cubrebocas, prácticamente te metes la enfermedad a la nariz. No teníamos el cuidado. El overol, por ejemplo te lo quitabas como ropa normal”.