Aprobada en diciembre por el Congreso, la reforma a Ley de Seguridad Nacional se quedó corta, al centrarse sólo en evitar la intromisión de agencias extranjeras en México. Expertos consideran que también debía prever los riesgos y amenazas globales al país, así como unificar a los organismos de inteligencia del Estado bajo el mando único del presidente de la República.
La reforma a la Ley de Seguridad Nacional que promovió el gobierno federal no sólo debía ordenar y fijar reglas de cooperación con agencias del mundo, para impedir que éstas violen la soberanía del país; sino también prever riesgos y amenazas globales y unificar en un solo mando los órganos de inteligencia del Estado bajo la tutela del presidente de la República, lo que no contempló la iniciativa enviada al Congreso y aprobada en diciembre pasado, señalan expertos en seguridad nacional e inteligencia estratégica.
Manuel Balcázar Villarreal, doctor en administración pública por el Instituto de Administración Pública de Chiapas, observa que la figura del Consejo de Seguridad Nacional (CSN) no está sesionando en todo su potencial, tiene un sesgo de operatividad en la toma de decisiones del gabinete de seguridad.