Secuestros masivos y extorsiones, lo mismo a manos de grupos armados que de servidores públicos. Cuerpos policiales que capturan a migrantes y los entregan al crimen organizado. Familias aterrorizadas que miran cómo sus compañeros de tránsito hacia Estados Unidos son torturados hasta sacar el número de teléfono de alguien que pueda pagar por ellos.
Son escenas de lo que personas migrantes han vivido en México cada día de los últimos dos años, en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y que la actual Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) se ha encargado de silenciar y ocultar.