En mayo de 2020, después de recibir reiteradas críticas sobre la opacidad en la que operó sus programas sociales, el gobierno federal dio a conocer por primera vez detalles del llamado “censo de Bienestar” que los Servidores de la Nación habían levantado durante los dos años anteriores con el objetivo de tener una base de datos para determinar quiénes podrían solicitar los apoyos de la llamada Cuarta Transformación.
Dichos detalles se limitaron en un documento sobre la metodología y un par de tablas con cifras inverificables, que servirán de base para un futuro Padrón Único de Beneficiarios. Ello a pesar de que el Consejo Nacional de Evaluación de Desarrollo de la Política de Desarrollo Social había señalado que “su levantamiento se hizo antes y durante su diseño (de los programas), por lo que no necesariamente atiende a los objetivos de dichas intervenciones”.